Los yugoslavos descubren los derechos humanos
Dos comités independientes y un organismo oficial defienden al ciudadano en Serbia y Eslovenia
Yugoslavia no es un ejemplo clásico de país del Este. Sus ciudadanos tienen más libertades políticas y de expresión, pueden viajar libremente al extranjero, y las cárceles no están llenas de presos políticos. Sin embargo, entre la tolerancia relativa y el verdadero respeto por las libertades políticas, confesionales, de expresión y de pensamiento existe un espacio, a veces mayor, a veces menor, donde reina la arbitrariedad. Dos comités independientes y un consejo oficial defienden los derechos humanos en Eslovenia y Serbia, únicas regiones yugoslavas donde la lucha por el Estado de derecho y las libertades políticas se expresa de manera organizada.
Se producen en Yugoslavia procesos políticos montados, arrestos por delito verbal y discriminación laboral por actitudes políticas, entre otras cosas. El artículo 133 del Código Penal federal prevé sanciones por el delito verbal ("el que describe malintencionadamente y falsamente la situación sociopolítica en el país"). Por otra parte, los anuncios de trabajo suelen llevar un requisito importante: "Carácter moral y político del candidato". La interpretación del artículo 133 o la evaluación del carácter político de una persona no son uniformes: varían según la región y la coyuntura política del momento.De las dos organizaciones independientes, el Comité de Protección de los Derechos Humanos, fundado en junio de 1988 en Ljubljana y dirigido por Igor Bavcar, está en camino de convertirse en un movimiento político alternativo, mientras que el Comité de Defensa de la Libertad de Pensamiento y de Expresión, establecido en 1984 en Belgrado y encabezado por Dobrica Cosic, es la única voz de oposición en Serbia. Finalmente, el Consejo de Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, creado bajo el auspicio de la Alianza Socialista Eslovena en octubre de 1988, asesora a las personas cuyas libertades constitucionales fueron. violadas. Liubo Bavcon, presidente del consejo, espera actuar independientemente de las estructuras políticas.
Estas organizaciones son la única oposición organizada a la política oficial y, además, los dos comités independientes de Igor Bavcar y Dobrica Cosic luchan por la terminación del monopolio del partido único como prerrequisito para la institucionalización del Estado de derecho, el pluralismo político y el respeto por las leyes del mercado en la economía. Los objetivos finales de los dos líderes son similares, pero sus, métodos y preocupaciones inmediatas, muy distintos.
El Comité de Protección de los Derechos Humanos actúa exclusivamente en Eslovenia. Fue creado para ayudar a tres periodistas y un militar, acusados este verano de revelar un secreto militar. Igor Bavcar fundó el comité y movilizó a la opinión pública eslovena -más de 100.000 personas- para demostrar que el proceso a los cuatro tenía irregularidades procesales y un carácter político más que militar, dirigido en contra de la apertura eslovena. A los pocos meses de su fundación, el comité rebasó su objetivo original -conseguir la repetición del proceso- y se convirtió en la principal fuerza de oposición. "El papel de los partidos políticos está disminuyendo y la politización se fomenta por medio de las acciones concretas" (Igor Bavcar). "No creo que logremos cambiar la sentencia final a los cuatro, pero sí hemos logrado establecer una nueva relación entre la opinión pública y el poder. Ya no se puede dar un paso atrás, sólo queda por ver qué forma. tomará esta relación en el futuro".
Aprovechando su prestigio, adquirido estrepitosamente, Bavcar presentó en octubre su candidatura para la presidencia de Eslovenia. Perdió en las elecciones. "No soy radical", advierte Bavcar, "soy reformista. Creí que era posible cambiar el sistema desde dentro".
Intelectual y elitista
A 600 kilómetros de Ljubljana, en Belgrado, la oposición tiene otra índole: elitista e intelectual. El Comité de Defensa de la Libertad de Expresión y de Pensamiento fue también creado a raíz de un proceso político en contra de seis jóvenes acusados de delito verbal. La agrupación serbia no es masiva; aglutina a una veintena de intelectuales, escritores y pintores entre los más conocidos del país. Kosta Cavoski, uno de los fundadores del comité y su miembro más joven (47 años), explica que la organización serbia no puede y no pretende convertirse en masiva debido a la represión. "Nadie tocaría a los viejos y famosos, pero con los jóvenes y desconocidos la situación es distinta". En verano de este año enviaron una carta abierta al Gobierno exigiendo la reevaluación crítica del papel histórico de Josip Broz Tito -su política represiva contra la disidencia; su política exterior, que alejó al país de Europa, y la evaluación de sus propiedades.
Casi ninguno de los miembros del comité serbio tiene acceso a los medios de comunicación. "La oligarquía titoísta yugoslava lleva la lucha en contra de la inteligencia y la oposición serbia", dice Dobrica Cosic, líder del comité y uno de los escritores serbios más conocidos. "Hasta los propios comunistas eslovenos, tolerantes con la oposición en su república, son bolcheviques cuando afrontan la oposición serbia". Cosic explica que su comité no tiene relaciones con el actual Gobierno serbio, dirigido por Slobodan Milosevic, pero sí apoya su política orientada hacia el restablecimiento de los derechos democráticos del pueblo serbio en Kosovo.
Los intelectuales opositores eslovenos y los serbios están en contacto, explica Cosic, pero, a pesar de las 'largas veladas de discusiones, nunca llegan a un acuerdo en cuanto a los intereses étnicos serbios y la cuestión yugoslava en general. Por otra parte, cabe subrayar que los intelectuales eslovenos tienen contactos más estrechos con su pueblo y encabezan la formación de la nueva opinión pública, mientras que los serbios están más apartados de las masas.
Finalmente, el Consejo de Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales, presidido por Liubo Bavcon, profesor de Derecho Penal, tiene menos protagonismo. Actúa dentro de las estructuras oficiales eslovenas. Dispone de una red de juristas y trabajadores sociales jubilados, quienes atienden voluntariamente a la ciudadanía que acude a pedir asistencia y protección cuando siente que sus derechos individuales han sido violados. En menos de un mes tuvieron más de cien clientes. Trabajan discretamente y no acuden a los medios de información. "Con la creación del consejo", explica Bavcon, "intentamos responder al viejo interrogante: ¿quién vigila al vigilante? En nuestra sociedad existe una contradicción: las mismas instituciones e individuos cuyo papel es, según la Constitución y las leyes, el respeto y la protección de los derechos y las libertades individuales son los que los violan". Bavcon asegura que trabajará sin presiones políticas, y si esto no se respeta, abandonará el proyecto.
Un penalista del aparato
Ljubo Bavcon, de 64 años, es profesor de Derecho Penal en Liubliana. Antes favorecía un Código Penal único para todo el país, pero ahora cree que las diferencias regionales son tan pronunciadas que sería difícil tener una legislación uniforme.Bavcon opina que "la creación del Consejo de Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales significa que Eslovenia reconoce que la cuestión de los derechos humanos es central. De la garantía de los derechos humanos depende el futuro de la sociedad".
De la ortodoxia al liberalismo
El escritor Dobrica Cosic, de 67 años, es autor de más de una docena de novelas. Participó en la II Guerra Mundial, fue miembro del partido y del Gobierno hasta 1968 y recorrió el camino ideológico típico para los intelectuales de su generación: desde el comunismo ortodoxo hasta el liberalismo.Según Cosisv, "la realidad nos obliga a ver que nuestras obras históricas principales fueron las victorias en la guerra y la conquista del poder. En el periodo de paz no supimos ni logramos acabar ningún gran proyecto capaz de sobrevivirnos".
Periodista y policía
Igor Bavcar, de 33 años, es graduado de la facultad de Ciencias Políticas y de la Academia de Policía, y ha trabajado como redactor de revistas especializadas.Bavcar piensa que "cuando uno comienza a hablar de derechos humanos en un país socialista es cuando empieza a cuestionarselo todo... Si la institucionalización del pluralismo es posible en un sistema unipartidista, lo apoyo, pero si no lo es, entonces estoy a favor de pluripartidismo. Creo que es una ilusión pensar que podemos lograr pluralismo de intereses dentro del partido".
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