Los alcaldes del PSOE asegurarán la normalidad

Los alcaldes socialistas tomarán "cuantas medidas resulten necesarias para garantizar el libre ejercicio de unos derechos constitucionales y el normal y pacífico desarrollo de la vida ciudadana" el próximo día 14, según la decisión colectiva adoptada ayer por una treintena de alcaldes de ciudades de más de 100.000 habitantes, en una reunión con José María Benegas y otros miembros de la ejecutiva del PSOE.Según Tomás Rodríguez Bolaños, presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, los alcaldes garantizarán "el derecho al trabajo y a que los ciudadanos no sufran las consecuencias del paro, por lo que se aplicarán los servicios mínimos correspondientes". Descartó la intervención del Ejército en el transporte de viajeros, como sucedió recientemente en París, y afirmó que la actitud de las policías municipales ante esta huelga "no es un elemento preocupante".

Los alcaldes invitan a no secundar la convocatoria de paro, que consideran orientada al acoso político al Gobierno y al resto de las instituciones del Estado y que, según ellos, no aporta beneficio alguno a las actuales preocupaciones e intereses ciudadanos. Juan Barranco y Pasqual Maragall, alcaldes de Madrid y Barcelona, respectivamente, no asistieron a la sesión, aunque están de acuerdo con esas medidas, según el portavoz de los reunidos.

El Congreso funcionará

Para el 14 de diciembre el Congreso de los Diputados ha convocado sesión plenaria y reuniones de cuatro comisiones distintas, según informó ayer el vicepresidente de la Cámara, el socialista Leopoldo Torres. El ministro de Justicia, Enrique Múgica, ha pedido comparecer en el Congreso precisamente ese día, para una información monográfica sobre asuntos de su departamento.

El Congreso ha preparado ya los servicios mínimos para ese día entre los funcionarios al servicio de la Cámara, dado que todos los sindicatos representados en la misma se han sumado a la huelga.

El ministro de Educación, Javier Solana, declaró a un grupo de periodistas que la huelga general "es un desatino". Solana, que admitió sentirse "desgarrado personalmente" por lo que está sucediendo, añadió que le es difícil comprender que un colectivo de 300.000 profesores vaya ahora a la huelga, después de haber firmado un acuerdo muy positivo. "Esto demuestra que estamos ante uno; planteamientos políticos y no sindicales".