La oposición marroquí busca reavivar el debate sobre los derechos humanos

"Esta noche no es como todas las noches. Esta noche termino mi decimocuarto año de prisión y comienzo el decimoquinto". Así comienza Abdelsalam al Muden la carta titulada La celda número 28, enviada desde la prisión de Kenitra y publicada en la última edición del semanario izquierdista Anual. Abdelsalam al Muden es uno del centenar de presos políticos, en su mayoría marxistas-leninistas e integristas islámicos, que cumplen largas condenas en las cárceles de Marruecos.

La publicación de la carta de Abdelsalam al Muden es un hecho insólito en Marruecos y se produce en un momento en que la oposición pretende dar nuevo vigor a la lucha por los derechos humanos en el reino jerifiano. Marruecos podía preciarse hasta el pasado año de ser la sociedad más democrática del Magreb, con partidos políticos, periódicos de oposición y libertades desconocidas en los países vecinos.En su carta, Abdelsalam al Muden cuenta que ha aprendido alemán durante su reclusión, para poder leer en su lengua original a Hegel y Marx. El habitante de la celda número 28 de la prisión de Kenitra fue detenido en el otoño de 1974 por su militancia en la organización marxista-leninista 23 de Marzo. Fue el período más negro de la represión política en Marruecos, seguido dos años después por una apertura democrática fundamentada en el consenso nacional sobre la integración del Sáhara Occidental en el reino jerifiano. 23 de Marzo es hoy un partido legal con el nombre Organización de Acción Democrática Popular, cuenta con un diputado en el Parlamento, defiende la tesis marroquí sobre el Sáhara y su semanario Anual se vende en todos los quioscos.

Anual inserta con la carta un editorial titulado Más de 14 años de cárcel a causa de una opinión. El semanario denuncia que, "pese a los progresos relativos que ha conocido la vida política marroquí desde la segunda mitad de los años setenta", siguen privadas de libertad decenas de personas cuyo delito fue "distribuir panfletos que contestaban la política oficial". "El mantenimiento de la detención política", prosigue Anual, "es nefasto para la reputación de nuestro país y envenena el clima político nacional. Es urgente e imprescindible que los responsables marroquíes demuestren la veracidad de sus intenciones sobre los derechos humanos, empezando por la liberación de todos los presos políticos.

Prueba de voluntad

Las fuerzas democráticas marroquíes consideran el próximo 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos, como una prueba de la voluntad de las autoridades del país. Ese día intentará constituirse por cuarta vez la Organización Marroquí de Derechos Humanos (OMDH). Las autoridades han prohibido en tres ocasiones -los pasados 28 de mayo, 25 de junio y 24 de septiembre- el acto fundacional de la OMDH, que se pretende "independiente del poder y de toda corriente política organizada". En su informe de 1987, Amnistía Internacional Informaba que había comprobado la existencia de 65 presos de conciencia en Marruecos y que investigaba los casos de otros 165 presuntos detenidos a causa de su posición ideológica y política.