Dahrendorf o la europeización de Oxford
Entrevista con el sociólogo alemán y ex miembro de la Comisión de la CE
Ralf Dahrendorf, decano del Saint Anthony's College de Oxford, es un sociólogo y politólogo alemán occidental que, tras ejercer la práctica política en Bonn y Bruselas, volvió a la vida académica. Europeísta, Dahrendorf cree que la construcción de Europa es imparable y que las objeciones que plantean algunos socios comunitarios apenas son un problema de semántica. Acabará habiendo un banco central europeo, aunque se le llame por otro nombre, dice Dahrendorf, que, en cambio, no ve cercano el día en que Europa pueda tener una política de defensa independiente de EE UU.
Desde su posición de máximo responsable del Saint Anthony's -un colegio de posgraduados con el énfasis puesto en los estudios internacionales-, cargo en el que sucedió, hace poco más de un año, al hispanista Raymond Carr, el antiguo comisario europeo y destacado ideólogo liberal, ve la Universidad corno un lugar de encuentro y prototipo de entidad capaz "de ofrecer una sensibilidad a las necesidades internacionales que otras instituciones no pueden proporcionar".Oxford, la más antigua universidad británica, nació en 1249 de un arrebato nacionalista de Enrique II, y guarda para la historia tal origen. Hoy, Dahrendorf "no dudaría en describir a Oxford como una gran universidad orientada hacia Europa", con un rector, Roy Jenkins, que fue presidente de la Comisión Europea.
Las universidades han modificado el carácter de amalgania europea que tenían en las edades Media y Moderna. "Es cierto que hoy los bancos desempeñan una función más importante que en aquella época, lo mismo que el comercio o los deportes; pero las universidades siguen siendo el lugar a través del que pasan los líderes de la Europa del mañana".
La tentación nacionalista
Son los políticos los que con más facilidad caen en la tentación nacionalista. La primera ministra británica, Margaret Thatcher, se ha ganado a pulso la imagen popular de ser la señora no. "Es maravilloso ver cómo las viejas cuestiones teológicas siguen apareciendo una y otra vez en Europa", ironiza Dahrendorf. "Hay que ir de la teología a la realidad. La cuestión es dónde está el poder. La cuestión no es federalismo o intergubemamentalidad, sino en qué áreas políticas existen intereses comunes, de forma que los países sólo pueden controlar su propio destino si trabajan junto con otros países en instituciones europeas". La colaboración "es la clave". Dahrendorf dice no estar muy seguro de que Thatcher sea el ogro de Europa, y le aplica el refrán de "perro ladrador, poco mordedor". "Ha firmado el Acta única Europea, y sus ministros de Hacienda y de Exteriores piensan que el Reino Unido debería ser miembro del Sistema Monetario Europeo".
El decano del Saint Anthony's se "sorprendería mucho que Londres parara la evolución de Europa, que tiene mucha fuerza". El próximo momento crítico será cuando el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, presente su informe sobre cooperación económica. "Puede que haya una nueva discusión teológica sobre la poco teológica cuestión de la banca, pero sospecho que llegará el día en que tendremos un banco al que se le llamará por otro nombre y todo el mundo quedará satisfecho".
En cuanto a la defensa, no existen perspectivas de solución por dos razones, según Dahrendorf. "No hay defensa europea sin las norteamericanos, y sería una gran equivocación pretender que puede existir tal cosa. Un segundo factor básico es que no puede haber, y nunca habrá, una política nuclear común europea. Si se aceptan esos dos factores, las limitaciones de una política europea común de defensa son bastante severas". La Unión Europea Occidental (UEO) nunca citará a Dahrendorf como uno de sus valedores:
"Mi sincera opinión es que la UEO es casi insignificante. Puro hablar".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.