Lorin Maazel dirige en el Royal Festival Hall de Londres las nueve sinfonías de Beethoven en un solo día

ENVIADO ESPECIALEl director de orquesta judío-franco-norteamericano Lorin Maazel inició ayer por la mañana un concierto-maratón de un día titulado La odisea Beethoven, en el que interpretó las nueve sinfonías más famosas de la historia de la música, al frente de tres orquestas diferentes, en el Royal Festival Hall de Londres. El concierto fue a beneficio de la Fundación Beethoven para Niños Sordos.

Con el patrocinio de 12 corporaciones privadas y el del consejo municipal, Maazel, un artista prolífico, enamorado de causas perdidas, humanitarias -como sus recientes conciertos en París en favor de la investigación del SIDA- o enloquecidas, ha decidido abordar la que él mismo define, en el programa de mano de esta serie de conciertos, como la más "electrizante, singular y enriquecedora aventura" de su vida musical.A las 10.05 del domingo 4, con una sala virtualmente llena, Maazel iniciaba la interpretación, por orden cronológico, de un ciclo sinfónico que comienza en 1792, en pleno settecento, y termina en 1824, cuando la era romántica se ha adueñado del panorama estético de Europa. Las tres agrupaciones sinfónicas que siguieron a Maazel en su maratón Beethoven fueron la Royal Philharmonic, la Filarmonía y la Sinfónica de Londres, interviniendo las dos últimas en dos de los conciertos que, en número de cinco, se sucedieron desde las diez de la mañana con intervalos de 45 minutos en unos casos, o de hora y media en los que coincidieron con el almuerzo, la cena, o el imprescindible té inglés.

Al cierre de esta crónica, Maazel acababa de terminar la interpretación de la Quinta sinfonía en do menor, la pieza bisagra del ciclo y, naturalmente, la más célebre del mismo. El balance era sorprendentemente positivo: rigor, seriedad, inteligentes planteamientos musicológicos y acertadísima visión histórica de las obras y nivel elevadísimo de ejecución técnica.