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Las escasas decisiones de la 'cumbre' de Rodas recargan la agenda de la presidencia española

Visiblemente satisfecho, el primer ministro griego), Andreas Papandreu, no dudó ayer en proclamar que la cumbre europea que acababa de presidir había sido "una de las más fructíferas" de la historia de la Comunidad, aunque un gran número de temas hayan quedado aparcados hasta el Consejo Europeo de Madrid en junio, cuya agenda está cada vez más recargada, lo que preocupa en círculos diplomáticos españoles.

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Acaso lo más significativo de la reunión que congregó en Rodas a un jefe de Estado, François Mitterrand, y 11 jefes de Gobierno sea la mano tendida que la Comunidad Europea (CE) ofrece al mundo en una declaración solemne en la que asegura que el ambicioso objetivo del mercado único "será beneficioso tanto para los países comunitarios como para los no comunitarios". "El mercado único no se encerrará en sí mismo". "La Europa de 1992 será una asociación y no una Europa amurallada"."La cumbre de Rodas podría perfectamente no haber tenido lugar", ironizaba un diplomático de un país mediterráneo, "y la de Madrid, con un orden del día tan cargado, debería durar cuatro días en lugar de dos". "Sólo nos falta que en la agenda de Madrid también se incluya el SIDA", añadía, por su parte, un miembro de la delegación española.

Las conclusiones de la cumbre resaltan que "la mitad del programa legislativo necesario para la creación del gran mercado se encuentra prácticamente realizada", pero Mitterrand recordó ayer ante la Prensa que "el plato fuerte de la armonización fiscal y de la Europa cultural será servido en 1989". "En lo social, la moneda y lo fiscal se puede desear a Felipe González mucha energía", añadió, "para que haga avanzar una carreta a la que algunos les gustaría que se empantane".

Cinco son los temas que probablemente deberán ser tratados en la capital de España. El proyecto de una Europa audiovisual planteado por Francia, la unión monetaria sobre la que el comité Delors remitirá un informe, la dimensión social del mercado único a la que están apegados los Gobiernos socialistas, un debate sobre una reforma institucional que otorgue mayores poderes al Parlamento Europeo y un impulso a la armonización de la fiscalidad indirecta.

Llegar a 'reventar'

Pero la agenda podría alargarse más si de aquí a finales de junio no se aprueban las directivas algo retrasadas sobre la abolición de controles fitosanitarios y veterinarios y la libre circulación de las personas no activas (estudiantes, ancianos, etcétera) que forma parte del llamado espacio europeo sin fronteras cuya creación intentará acelerarse con el nombramiento por cada Estado de un responsable para la coordinación.El orden del día de Madrid podría llegar a reventar si, por último, no se armoniza la fiscalidad sobre las rentas del ahorro, un tema que debe estar resuelto antes del próximo verano, pero que muy probablemente deberá ser arbitrado por la cumbre presidida por González. Si no hay acuerdo para igualar los tipos de retención sobre los intereses, Mitterrand ha amenazado con no permitir la libre circulación de capitales acordada hace seis meses y que entrará en vigor en 1990.

En su primera intervención ante el Consejo Europeo, Delors enfatizó que este asunto era "el más urgente y el más difícil" de resolver, y la dificultad debe ser tal que la Comisión Europea será, por de pronto, incapaz de tener listo a tiempo su proyecto de directiva, lo que disguta también a los españoles. La propuesta del Ejecutivo europeo consistiría en aplicar una retención del 10%, la mitad de la que está en vigor en España, pero excesiva para el Reino Unido. Como era de esperar, Margaret Thatcher reiteró que "la armonización fiscal no es necesaria para completar el mercado único".

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