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El Banco de España estima que el crecimiento económico para este año superará el 5%

Las últimas previsiones de crecimiento económico para 1988 del Banco de España estiman que el producto interior bruto (PIB) aumentará por encima del 5% para el conjunto del año una vez que se confirma que a partir de la segunda mitad del verano se ha producido una nueva aceleración de la actividad. En opinión de los expertos del Banco de España, "el año acaba como empezó, a pesar del repliegue de la mitad del año", y ello implica que el Gobierno deberá tratar de enfriar la economía, lo mismo que hizo hace ahora un año, para conseguir un crecimiento menor, pero sostenido, sin que ello represente un problema para el control de la inflación o de los desequilibrios de la balanza de pagos.

El Banco de España ha introducido una nueva modificación al alza en el cuadro macroeconómico para este año y el siguiente respecto a las previsiones hechas hace poco más de dos meses. En función de los últimos indicadores que se manejan (índice de producción industrial, expectativas empresariales, consumo de energía para usos industriales y actividad de la construcción) la última previsión de crecimiento económico -4,8%- se ha vuelto a quedar pequeña y la más reciente apunta hacia un 5% como mínimo y en torno al 5,2% como cifra más realista.De confirmarse finalmente esta cifra ello representará que el producto interior bruto en 1988 habrá crecido prácticamente los mismo que en 1987, cuando el objetivo perseguido era reducirlo de forma sustancial para que no se pusieran en marcha tensiones adicionales que pongan en peligro el incremento del PIB para años sucesivos.

Las nuevas previsiones para este año se basan en un crecimiento del 7% de la demanda interna -con un aumento del 3,1% del consumo privado, 0,7% del público y del 3,2% de la formación bruta de capital y una aportación negativa del sector exterior de dos puntos.

El año pasado el crecimiento -según el Instituto Nacional de Estadística- fue del 5,5%, con un aumento de la demanda interna bastante más fuerte -8,4%- mientras que el sector exterior también experimentó un componente más negativo, casi tres puntos.

La ralentización de la tasa de crecimiento económico para 1988 en relación a un año antes ha sido una realidad en la primera mitad del año, con un perfil de mantenimiento de la actividad en el primer cuatrimestre y una cierta desaceleración en el segundo, pero a partir de la segunda parte del verano se ha vuelto a invertir la tendencia.

'Los indicadores parciales de que se dispone muestran una mejora sensible en el índice de producción industrial, en la mejora de las expectativas empresariales -tanto de pedidos como de producción- y un fuerte incremento del consumo de energía eléctrica para usos industriales del 6,5% para los primeros meses del año mientras que el consumo total, hasta finales de octubre, se acerca al 4%.

Junto a ello el sector de la construcción, uno de los que registran una mayor expansión, tiene problemas para encontrar mano de obra especializada es en el que más ha aumentado la mano de obra ocupada según los datos de la encuesta de población activa correspondiente al tercer trimestre del año -60.000 nuevos empleos-, al tiempo que la licitación para obra pública aumenta a fuertes tasas y los pagos de la: Administración han crecido un 32% hasta el pasado mes de octubre en relación a los registrados en el mismo período del año anterior.

Déficit exterior

El componente exterior de la economía española va a presentar un desequilibrio menor del inicialmente previsto ya que se espera que un aumento de las importaciones no energéticas del 22%. mientras que las ventas de productos españoles no relacionados con la energía lo harán en un 14%. Ello significará un déficit de la balanza de pagos por cuenta corriente de unos 3.000 millones de dólares, 3.200 millones según Transacciones Exteriores y 2.800 según el registro de caja del Banco de España.

Las nuevas previsiones del Banco de España para el año próximo suponen un apuntalamiento del ciclo expansivo de la economía que se viene produciendo desde hace tres años. El PIB, por lo que está ocurriendo en el ejercicio actual, aumentará un 4% cuando se pensaba inicialmente que lo haría en un 3,5 %.

La demanda interna tendrá una nueva desaceleración al crecer el 5,4% frente al 7% de este año y, como consecuencia de ello, se espera que el valor de las importaciones aumente de forma más lenta que en 1988 hasta suponer una detracción del PIB de 2,5 puntos mientras que las exportaciones se mantendrán dentro de lo que ha ocurrido este año y tendrán un crecimiento positivo del 1,1%.

Pero este crecimiento será el menor de los posibles según los expertos del Banco de España ya que o se produce un cierto enfriamiento de la actividad o la situación inicial acabará reflejando una tasa mayor de aumento del PIB. "La polémica acerca de una hipotética posición de Economía señalando que se ha producido ya la desaceleración y del Banco de España afirmando que ésta no ha llegado todavía no existe ya que en ambos organismos pensamos que realmente la actualidad ha vuelto a repuntar a partir del final del tercer trimestre de este año", señalan en el banco emisor.

El peligro de separarse de Europa

"La economía española puede y debe crecer por encima de lo que lo hace la media europea, pero no con la distancia a la que lo viene haciendo en los últimos años", señalan en medios del banco emisor para explicar la necesidad de tratar de adecuar la realidad española a la comunitaria. El último informe de la Comisión Europea sobre la situación económica general, al que se añade una previsión sobre lo que ocurrirá en los próximos cuatro años, muestra que en el período comprendido entre 1984 y 1988 el crecimiento medio de la economía española ha sido del 3,9% mientras que el del conjunto de los países miembros del Sistema Monetario Europeo fue del 2,7%.La demanda interna española pasó en esos años de un crecimiento negativo de medio punto a un aumento del 5,8%. Y junto a ello el saldo de la balanza por cuenta corriente pasó de un superávit de 1,4 puntos del PIB a un déficit del 0,8%. Para los próximos cuatro años se espera que el PIB español aumente el 4,4% y de los 12 países miembros de la CE lo haga el 2,7%.

Mantener precios

Esta situación hará que la inflación española oscile en promedio entre el 3% y el 3,5% y que el déficit por cuenta corriente suponga el 2,5% del producto interior bruto.

Estas cifras son posibles de conseguir pero mediante esfuerzos importantes, añaden los expertos de la CE para quienes las tensiones inflacionistas y los problemas de balanza de pagos pueden convertirse en irresolubles si no se ponen las medidas necesarias.

Hay algunos datos que son positivos en sí mismos y que ayudarán a reducir las tensiones de precios que pueden surgir. Las previsiones sobre evolución de los precios del petróleo para los próximos meses oscilan entre 14 y 18 dólares por barril, aunque no se descarta que baje a los 12 dólares.

Pero los problemas que viene arrastrando la economía española siguen siendo muy fuertes en especial los referidos a la imposibilidad de reducir el nivel de gasto público como consecuencia de la necesidad de hacer frente a medidas sociales y de reforzamiento de la infraestructura. Una parte sustancial de la buena marcha del sector de la construcción se debe a las obras públicas.

Todo ello deja en manos de la política monetaria la posibilidad de conjugar la consecución de todos los objetivos establecidos por la administración y ello se traducirá en una subida de los tipos de interés, como fórmula para tratar de reducir la actividad interna. Pero esta subida de precios provocará, como ya está ocurriendo, un movimiento de apreciación de la peseta frente al resto de las divisas, lo que complicará algo más la situación de la balanza de pagos por cuenta corriente provocando tensiones de un mayor déficit que deberá financiarse con entradas netas de capital.

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