Una exclusión ilógica
El secretario de Estado George Shultz se equivocó peligrosamente cuando negó a Yasir Arafat la oportunidad de dirigirse a las Naciones Unidas. La decisión no favorece la diplomacia. Desvía el centro del debate de la incapacidad de la OLP para hablar claramente de paz con Israel a la falta de voluntad de Estados Unidos de escuchar. Es un insulto a la ONU. No está claro si George Bush participó en la decisión de Shultz de colocar a Estados Unidos del lado equivocado de sus principios. El responsable es el hombre para el que trabaja Shultz, el presidente Ronald Reagan, pero también es problema de Bush, que va a tener que sufrir las consecuencias. 30 de noviembre
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