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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Todo por un chiste

Es una obra por lo menos curiosa. Comienza en un mundo de ciencia ficción, de literatura poética: termina con un chiste político. Una mujer, Nadia -y uno ya, con este nombre y con las palabras elevadas, se acuerda de Bréton- lleva cuarenta años en una burbuja, herida y amnésica. Margus la encuentra. Fue su compañera de vida; huidos de España en el exilio de 1939 hacia Francia, separados, vueltos a encontrar, montaron un número de variedades. Un bombardeo alemán les separó de nuevo: hasta ahora, hasta esta misma fecha en que Magnus la encuentra, metida en una burbuja por razones sanitarias, reconstruida con numerosos trasplantes, pero con la identidad perdida. Al rehacer sus recuerdos, Magnus va contando toda su vida. Hay literatura y física recreativa. Ésta comienza para entrar en la carpa que se ha instalado dentro de la sala del Centro Galileo; hay que hacerlo por unas cámaras de descompresión, en grupitos de espectadores, para evitar que entre demasiado aire exterior y la cúpula se nos venga encima. Continúa con los efectos de la burbuja donde está encerrada Nadia y con otros más, sobre todo de prestidigitación.La literatura de este tipo ya se sabe lo que da de sí, cuando no viene de grandes maestros; luego -ya tras la cámara de descompresión para salir a la calle- se ve que hay algunas ironías, alguna comicidad; pero la verdad es que es muy difícil reconocer la comicidad en medio de la literatura fantástica no demasiado buena.

La mujer burbuja o vivir del aire

De Petra Martínez y Juan Margallo. Intérpretes: Petra Martínez, Cosme Cortázar y Alfonso Asenjo. Música: equipo Sandro. Escenografía: Ángel Redondo. Vestuario: Isabel Redondo. Dirección: Juan Margallo. Producción: grupo Uroc. Sala Galileo, Madrid. 29 de noviembre.

En fin, penetrada ya Nadia de quien es, rehechos sus recuerdos, viene el chiste. Nadia no es capaz de comprender la transición política; porque no hay socialismo aunque hayan ganado los socialistas, porque hay un Rey y no la II República, como este Rey fue designado por Franco y no elegido entre muchos reyes. Y alguna cosa más, que el público ríe. Y se termina la comedia. Precisamente cuando tendría que empezar. Por lo menos éstas son las reglas del género de los resucitados, que es muy abundante: reaparecen en una patria que les es extraña siéndoles al mismo tiempo conocida, y ese contraste es el que se supone gracioso y crítico, lo cual ya depende de la gracia del escritor y de su talento literario. Supongamos que esta crítica a la situación sinrazón es sólo un arañazo, sin llegar a más. Lo que hace es desconcertar un poco. Y sacar adelante numerosos aplausos.

Si algún espectador quiere sacar consecuencias de que la mujer burbuja es España, recompuesta de fragmentos de otras personalidades y atónita de su suerte, será por su cuenta. Como cualquier otro simbolismo.

Buena actriz

Petra Martínez es una buena actriz y dice e interpreta muy bien su papel, junto a Cosme Cortázar. Al principio los dos son demasiado torpes, demasiado lentos, quizá para ir ganando un tiempo y llenar la hora del espectáculo, o para dar sensación mayor de misterio y de automatismo y lejanía, según ha visto la dirección de Juan Margallo -coautor del texto, con Petra Martínez-. Luego hay una mayor comodidad en ellos y en su compañero Alfonso Asenjo, a medida que se acerca el momento del chiste y el final.A los espectadores pareció gustarles todo, se rieron con la gracia, y aplaudieron a los actores, autores, director, escenógrafo músico...

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