No abran la puerta
La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos (FRAV) sigue recomendando a los usuarios que no abran las puertas de su domicilio a los técnicos de Gas Madrid. "Es cuanto menos sospechoso que se produzca un número tan elevado de averías y fugas como el que están localizando los operarios de Gas Madrid", afirma Maribel Montes, miembro de la Federación. "Gas Madrid está intentando modernizar la red de distribución a costa de que los abonados reparen unas fugas que antes del cambio de gas no se producían", afirma."Lo que ocurre", precisa Montes, "es que la mayor parte de la red tiene estopa en las llamadas uniones roscadas. Con el gas manufacturado, más húmedo, la estopa se mojaba y se dilataba. Pero el gas natural, al ser más seco, impide esa dilatación y da lugar a fugas. La compañía te obliga a soldar las uniones roscadas, y esa deficiencia, está claro, que se produce por el cambio de gas, por lo que debe asumirla Gas Madrid".
Según los datos de la Federación subsanar estas anomalías puede costar, como término medio, 30.000 pesetas por vecino. "Aunque ahora los presupuestos empiezan a bajar por temor de los instaladores a matar la gallina de los huevos de oro", reconoce Montes.
La Federación sigue pensando que no está claro quién asume de verdad el coste de la reconversión y que la misma se está haciendo de forma desorganizada. "Hay comunidades de vecinos que no tienen suministro de gas desde hace tres o cuatro meses, como ocurre en zonas de la Ciudad de los Ángeles, Hortaleza, Mirasierra o Peña Grande, por lo que hemos pedido que se paralice la reconversión hasta que pase el invierno", explica la portavoz. "En el mejor de los casos el proceso viene a durar uno o dos meses en los que se corta el suministro a los vecinos".
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