Moscú y las repúblicas balticas buscan un acuerdo
La tendencia hacia el compromiso entre Moscú y las repúblicas del Báltico era la tónica anoche, al término de la primera jornada de debate parlamentario sobre la reforma política soviética, durante el cual, un considerable porcentaje de los oradores criticó la posición de la República de Estonia por considerarla radical y en contra de la unidad del Estado soviético. Con el proyecto de Constitución (en su última variante) bajo el brazo, Arnold Ruutel, el presidente del Presidium del Soviet Supremo de Estonia, abandonaba ayer el Kremlin con la intención de estudiar el texto.
Ruutel admitía que un "cierto porcentaje" de las decisiones adoptadas por el Soviet Supremo de la República el 16 de noviembre podrían haber sido " equivocadas", aunque con "buena intención" y debido al clima emocional reinante.Anatoli Gorbunov, presidente del Presidium del Soviet Supremo de Letonia, afirmaba que un tercio de las objeciones letonas al proyecto constitucional están recogidas en la última variante que, a su juicio, "deja puertas abiertas" y merece ser apoyada. Los presidentes de los organismos de planificación (gosplan) de las 15 repúblicas soviéticas celebran unas sesiones de trabajo en las cercanías de Moscú para elaborar una idea de autogestión económica (josraschot) aceptable en todo el Estado soviético, según dijo Gorbunov.
En septiembre, las tres repúblicas bálticas habían acordado ya unos principios básicos que se ponen en discusión ahora en un ámbito más amplio donde la idea no está tan desarrollada ni tiene la misma acepción que en el Báltico.
El primer secretario de Uzbekistán, Rafik Nishanov, que se sumó a la crítica a Estonia, provocó rabiosos aplausos en un sector del Parlamento cuando calificó de "envenenada" la información del semanario Ogoniok sobre la vida de los cosechadores de algodón de Uzbekistán. "Nunca fueron esclavos", dijo Nishanov, cuyo predecesor en el cargo, I. Usmanjodzhaev, acusado de corrupción, había sido expulsado del Comité Central el día antes junto con otros dos ex funcionarios uzbekos expulsados como miembros suplentes de este organismo, todos ellos por 289 votos unánimes, según manifestó ayer Vadim Medvedev.
Ogoniok ha tenido mucho que ver en la conclusión de este astuto, ya que Vitali Korotich el director de este semanario, entregó a Mijail Gorbachov una lista de funcionarios corruptos que eran a la vez delegados en la conferencia del PCUS. En este lista se encontraba Ismail Dzhabarov, el antiguo secretario de Bujara, expulsado del Comité Central como suplente.
Críticas
El azerbaiyano Suleimán Tatliev, presidente del Presidium del Soviet Supremo de la República, que támbién criticó a Estonia, realizó el alegato más vehemente contra miembros de otra nacionalidad al criticar a la dirección comunista armenia de la región autónoma de Nagorno-Karabaj. Según Tatliev, la dirección de Nagorno-Karabaj trata de sustraer la zona al control de Azerbaiyán, no respeta el orden jerárquico y obliga a huir a los azerbaiyanos. "Llevamos 10 meses de paciencia, pero toda paciencia tiene un límite", dijo Tatliev, que reprochó a los órganos centrales la falta de protección de los derechos de las repúblicas federadas.
La plantilla de las seis comisiones consultivas formadas en el Comité Central del PCUS por decisión del pleno del 30 de septiembre fue dada a conocer ayer por la Prensa soviética. Los criterios de selección de personal muestran un compromiso entre sectores conservadores y reformistas, y Ligachov, el jefe de la Comisión de Política Agraria, es el único que tiene un vicepresidente, Víctor Nikonov, cuyo nombre aparecía destacado respecto a los otros integrantes de la comisión.
Las comisiones, que deben elaborar informes, documentos y análisis para el Politburó, sustituyen de hecho al secretariado del Comité Central y suponen el socavamiento de la base del poder del número dos, cuyo trabajo estaba vinculado al funcionamiento del secretariado. Ésta es la opinión. de observadores en Moscú, aunque Vadim Medvedev dijo ayer que las comisiones ni "alteran ni sustituyen" al secretariado.
Cada comisión está formada por una veintena de miembros y en la de ideología, que preside Medvedev, se encuentra gente tan heterogénea como el director de Pravda, Víctor Afanasiev, y el actor Mijail Ulianov o el jefe de la Unión de Compositores, Jrenikov, en el cargo desde la época de Stalin.
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