El escultor británico Tony Cragg, ganador del Premio Turner de 1988
El escultor británico Tony Cragg ha sido el ganador del prestigioso Premio Turner en su edición de 1988, que el pasado martes se hizo público en Londres. Tony Cragg (Liverpool, 1949) es sin duda una de las figuras más representativas de la importante escultura británica de la presente década.
Convocado por la Tate Gallery, el Premio Turner está dotado con 10.000 libras (unos dos millones de pesetas) y se concede al artista que haya hecho una contribución al arte más notable a través de una exposición celebrada en el Reino Unido hasta el 31 de julio de cada año.La decisión corresponde a un jurado internacional formado, en esta ocasión, por N. Serota, director de la Tate Gallery; H. Meyric Hughes, R. Cork, Jill Ritblat y la española Carmen Giménez, directora del Centro Nacional de Exposiciones, del Ministerio de Cultura.
Más que por la cuantía económica, no excesivamente elevada en términos comparativos, la merecida resonancia internacional del Premio Turner, en lo que se refiere al campo de la creación actual, se debe al rigor de la selección, que ha permitido que lo hayan obtenido en las cuatro ocasiones anteriores nombres tan indiscutibles como M. Morley, H. Hodgkin, Gilbert and Georges y Richard Deacon.
Este rigor también se ha reflejado en la decisión este año, no sólo por el interés del agraciado por el premio, sino por el de los finalistas concurrentes a él, entre los que se encontraban Richard Hamilton, Lucian Freud, Richard Long, R. Wilson, M. Sanders, Mach, etcétera.
En realidad, cualquiera de ellos podría haber obtenido el premio y, por tanto, se trata de una decisión necesariamente polémica. No obstante, es probable que la espléndida muestra que presentó individualmente Tony Cragg en el pabellón británico de la pasada Bienal de Venecia haya tenido una influencia decisiva en la decisión de otorgarle el Premio Turner de 1988.
Tony Cragg nació en Liverpool en 1949. Su padre era un especialista en mecánica eléctrica de aviones por lo que la infancia del escultor transcurrió a matacaballo entre distintas ciudades. Cuando despertó su afición por la escultura completó su formación con la investigación de nuevos materiales jamás usadas por los escultores tradicionales. El escultor británico, Tony Cragg, gusta de señalar que su relación con el mundo que le rodea es su característica en la temática de sus obras. Eso y la concreción que sus formas matemáticas despiertan en el observador.
Exposiciones en Madrid
Por lo demás, hay que señalar que el escultor Tony Cragg no es, en absoluto, un desconocido en nuestro país, donde últimamente se han podido contemplar sus obras en varias ocasiones. Formó parte, por ejemplo, de la exposición colectiva titulada Entre el objeto y la imagen, exhibición de escultura británica contemporánea, que fue exhibida hace dos años en el palacio de Velázquez del parque del Retiro madrileño, y, hace uno, la también madrileña galería de Marga Paz presentó una, muestra individual de la obra última de este artista, uno de los que han conseguido una mayor presencia en las plataformas internacionales de promoción del arte actual en la presente década.
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