El dolor
Una de las quejas que refieren los facultativos es la falta de información que el público tiene sobre las señales de alarma que indican que se está sufriendo una angina de pecho o un infarto de miocardio, situación en la que el paciente ha de acudir al servicio de urgencias de un centro hospitalario.Tanto la angina de pecho como el infarto de miocardio tienen su causa más frecuente en la arterioesclerosis. La angina de pecho se produce por una situación transitoria de demanda de oxígeno del corazón, sin que se produzca una lesión en el músculo cardiaco. El dolor es constrictivo y opresivo (de ahí el nombre de angina) e incluso es referido como pesadez o presión. Se localiza tras el esternón y se irradia hacia hombros y brazos. Generalmente se desencadena por el esfuerzo y cede con el reposo y la nitroglicerina. Existen además otras formas atípicas de angina.
El síntoma más frecuente de un infarto de miocardio es un dolor profundo, intenso y opresivo tras el esternón, de larga duración (superior a media hora, que se puede prolongar varias horas). Indica que una zona del músculo cardiaco está siendo lesionada. El dolor se extiende hacia el cuello y hacia la zona superior del abdomen. La irradiación hacia los brazos es menos habitual que en la angina de pecho. El dolor se desencadena tanto en reposo como durante la práctica de ejercicio; el descanso no lo alivia y mientras en la angina el enfermo permanece inmóvil, en el infarto puede estar inquieto, buscando una postura que le alivie.
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