La Mafia tiene "ocupadas" las tres regiones meridionales de Italia
Las tres regiones meridionales de Italia, Sicilia, Calabria y Campania, están en estos momentos materialmente "ocupadas por la Mafia", ha declarado el juez Domenico Sica, el alto comisario para la lucha contra el crimen organizado, en un informe presentado ante el pleno de la comisión anti-Mafia del Parlamento. El magistrado ha añadido que el tráfico de drogas en dichas regiones es "un negocio de dimensiones incalculable0, por lo que piensa que debe existir "un verdadero centro unificado" que cree nuevas riquezas a través de inversiones "aparentemente limpias". Sica confiesa que no es posible por el momento identificar dónde puede estar situado el centro de la red de narcotráfico.
"La situación del Estado en Sicilia, Calabria y Campania es verdaderamente grave ya que en esa regiones las organizaciones criminales se han adueñado totalmente del territorio", ha dicho el alto magistrado ante los' miembros de la comisión parlarnentaria que preside el senador comunista Gerardo Chiaromonte.El juez Sica llegó a afirmar ante esa comisión, entre preocupado e irónico, que la única posibilidad en estos momentos para el Estado es la de "infiltrarse" dentro de las organizaciones mafiosas para poder conocer a fondo lo que pasa y poner remedio. El comisario ha pro puesto que sea destituida la mayor parte de los gobernadores y jefes de policía de dichas zonas, dado el alto grado de inmovilidad o de contaminación con los mafiosos que reina entre los actuales responsables de puestos tan delicados.
Sin embargo, Sica, un hombre serio y de pocas palabras, ha subrayado que no todo es negativo en este campo. Y ha destacado que lo que está cambiando feamente es el clima popular. Disminuye aquella cierta simpatía larvada que existía en la base con los jefes mafiosos y también la connivencia operativa con ellos. "Ahora, los que callan es sólo por miedo, no por complicidad", según el magistrado. Y ha puesto de relieve la importancia de la movilización que se está haciendo, por ejemplo, en Palermo, donde por primera vez la gente, incluso las mujeres, salen a la calle sin miedo para protestar contra el "cáncer mafioso".
Mientras tanto sigue en pie la pugna entre el jefe de los jueces de Palermo, Antonino Meli, que había sido el gran acusador de Giovannní Falcone, y de éste y su equipo de magistrados especializados en la lucha contra la Mafia en Sicilia. Utimamente Meli había perdido la batalla frente al Consejo Superior de la Magistratura, que dio prácticamente la razón a Falcone. Pero ahora el anciano magistrado ha vuelto a la carga con acusaciones muy duras. Afirma que fueron Falcone y sus compañeros quienes se opusieron, por ejemplo, a que él encarcelara a la familia Costanzo, los grandes constructores de Catania, quienes, según el arrepentido Antonio Calderone, estaban emparentados con los grandes jefes mafiosos palermitanos. Falcone ha respondido que una cosa es tener contacto con la Mafia y otra poder acusar por ello a alguien de mafioso, y menos aún detenerlo.
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