Sajarov, en América
La llegada de Sajarov a EE UU permite medir el camino recorrido en la URSS desde aquella primavera de 1985 en que Gorbachov sucedió a Chemenko; entonces, el académico se encontraba en el exilio interior en Gorki. En junio de 1984, Mitterrand se atrevió a citar su nombre en la mesa del número uno soviético, del que era huésped oficial. La presencia sobre suelo americano del personaje que es considerado símbolo de la defensa de los derechos humanos en la URSS transforma al académico en verdadero embajador de la política de transparencia de Gorbachov. Éste ha comprendido el peso de la garantía que le da un hombre que ha luchado siempre por la democracia. En 1970 escribía: "El origen de nuestras dificultades no está en las estructuras socialistas. Se encuentra en tradiciones antidemocráticas que aparecieron en el período estalinista y que no han sido completamente eliminadas". Un texto que, con casi 20 años de adelanto, aparece hoy como un manifiesto precursor de la perestroika. Sin embargo, este viaje no hace olvidar todas las zonas de sombra que subsisten. Sajarov mismo deplora que haya aún prisioneros políticos en la URSS cuya liberación plantea problemas. Más allá de las fronteras de la URSS, el panorama que ofrecen los países socialistas sigue siendo sombrío. El camino para que Europa llegue a ser esa casa común que desea Gorbachov es largo. En este sentido, la nueva libertad de Sajarov marca una etapa.7 de noviembre
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