Isaac Rabín pide la pena de muerte para los responsables del atentado del domingo

El ministro israelí de Defensa, Isaac Rabín, solicitó ayer la pena de muerte para los responsables del atentado del pasado domingo en Jericó, en el que perdieron la vida una mujer y sus tres hijos de corta edad. El suceso, la acción antijudía de mayor gravedad desde el comienzo del levantamiento popular palestino, ha provocado especial conmoción en la sociedad israelí por su proximidad a la jornada electoral de hoy.

Los responsables del ataque, el lanzamiento de una bomba incendiaria contra un autobús de línea, fueron detenidos poco después, de acuerdo con las declaraciones efectuadas por el jefe militar de la zona, general Arnram Mitzna, a la Radio del Ejército Israelí. Como primera medida de represalia, ayer fueron destruidas las casas de tres de los supuestos autores del atentado.El temor a que se produjera un incremento de la violencia en estos días ya había hecho reforzar la presencia del Ejército en los territorios ocupados, donde una gran parte de la población palestina se encuentra de nuevo bajo el toque de queda.

Los comicios para renovar el Parlamento hoy, el aniversario de la Declaración Balfour mañana y la convocatoria del Consejo Nacional Palestino la próxima semana, hacían temer a las autoridades israelíes que sucesos como el del domingo se pudieran producir.

Sin embargo, y a pesar de la convocatoria de algunas huelgas y manifestaciones, los llamamientos de la Dirección Unificada del Levantamiento (DUL) han sido especialmente moderados en las últimas semanas.

La reciente cumbre de Akaba y la consiguiente reavivación de la opción jordana han restado radicalismo a la imagen de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) que, con su llamamiento al voto por la paz, ha introducido un nuevo elemento en la campaña electoral israelí: la posibilidad del diálogo. No obstante, el atentado de Jericó no ha sido interpretado en los medios políticos israelíes como una operación especialmente programada para dificultar las elecciones.

El propio Rabín manifestó a la emisora del Ejército que no se trata de una fase del levantamiento popular. "Los autores actuaron por su cuenta y no pertenecen a ningún grupo determinado", añadió el ministro. De todas formas, el incidente ha sido aprovechado por los partidos de extrema derecha para insistir en la necesidad de que se expulse a los palestinos que creen problemas.

Ni piedras ni barricadas

"Ha llegado el momento de transferir a la otra orilla del Jordán a cualquiera que intente cometer actos de este tipo -desde arrojar piedras hasta levantar una barricada-, al menos, por algún tiempo", de claró ayer el presidente del Consejo del Valle del Jordán Israel Nedivi.

Dirigentes palestinos de Cis jordania y Gaza condenaron ayer el atentado. En un comunicado firmado por 14 activistas cercanos a OLP, entre ellos el periodista Hana Siniora, de nunciaron "los actos de violen cia contra civiles en ambos la dos" y pidieron la "aceleración del proceso de paz para lograr una solución justa". Privadamente consideraron el incidente como un revés para los logros políticos de la intifada, que en estos 11 meses de revueltacuenta con la muerte de 314 árabes y 10 judíos. En medios palestinos fue aplaudido un comunicado similar emitido por la OLP desde El Cairo.

Fuentes del Partido Laborista habían expresado de antemano su temor a que un atentado como el ocurrido en vísperas de las elecciones pudiera inclinar a los votantes indecisos hacia el partido rival, el Likud. Ambas formaciones aparecen con resultados muy igualados en todas las encuestas, hasta el punto de que la mayor incógnita de los comicios radica más en las eventuales alianzas que en los propios resultados.

El partido conservador rechaza cualquier acuerdo territorial sobre Gaza y Cisjordania, regiones ocupadas en la guerra de 1967, y sólo estaría dispuesto a conceder una autonomía limitada a los habitantes de esos territorios, en consonancia con los acuerdos de Camp David. Los laboristas, por su parte, han hecho pública su voluntad de celebrar elecciones libres en dichos territorios para que los elegidos representen a su población en una conferencia internacional de paz.

Cerca de 15.000 hombres (9.000 policías y 6.000 miembros de las Unidades de Defensa Pasiva) vigilarán durante el día de hoy el correcto desarrollo de las elecciones.

La DUL ha convocado, una huelga general "para conmemorar el día en que los votantes israelíes eligen entre la paz o la guerra". El Ejército ha cerrado desde las cero horas de hoy los territorios de Gaza y Cisjordania para evitar que los palestinos puedan trasladarse a Israel. También ha ordenado prisión preventiva de algunos destacados intelectuales, sindicalistas y periodistas.