De los embutidos a los solares
El empresario Emiliano Revilla Sanz, nacido hace 60 años en Ólvega (Soria), fue propietario de la industria familiar Chorizos Revilla, S A, que vendió a la multinacional holandesa Unilever. Tras esta operación, el industrial se ha convertido en destacado protagonista del sector inmobiliario madrileño, en el que ha invertido gran parte del dinero obtenido por la venta (unos 7.000 millones de pesetas).
Emiliano Revilla heredó de su padre Antonio las industrias cárnicas que llevaban su nombre, ubicadas en Soria y a las que dió un gran impulso. El grupo empresarial estaba constituido fundamentalmente en torno a las sociedades Industrias Revilla, Embutidos Moncayo y Hermanos Revilla, S A. La actividad de estas sociedades se centraba en la producción de chorizos, patés, salchichas y cocidos.
En abril de 1986, Revilla consiguió junto a los inversores Alejandro Montaña y Javier Oraá, la adjudicación por el Gobierno de la división inmobiliaria de Rumasa y las denominadas Torres de Jerez, en Madrid. Otras ofertas que litigaron en aquella ocasión eran superiores a la presentada por Revilla, pero ninguna ofrecía las garantías bancarias presentadas por el industrial soriano. Su posición de liquidez económica tras la venta de su industria alimentaria le convirtió en uno de los grandes animadores del sector inmobiliario madrileño a lo largo de 1986. Ese año compró más de veinte solares en lugares estratégicos de Madrid. Según fuentes de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Madrid, todas estas operaciones se situaban por encima de los 500 millones.
"Cuatro dígitos"
Su primera operación notoria como inversor inmobiliario tuvo lugar en diciembre de 1985, cuando compró un solar en la intersección de las madrileñas calles de María de Molina y Velázquez. Revilia pagó al contado 680 millones de pesetas por ese solar, pese a que podía haber utilizado fórmulas mas cómodas de pago aplazado. En febrero de 1987 intentó adquirir una participación del 33% en la inmobiliaria Tesco. Fuentes del sector calificaron entonces la fallida operación como "de cuatro dígitos".En junio de 1987, Emiliano Revilla compró al grupo francés La Henin, promotor del centro comercial Madrid 2 en La Vaguada, los locales que ocupaba en arrendamiento Galerías Preciados en dicho centro comercial. El empresario pagó entonces 1.900 millones de pesetas por 14.312 metros cuadrados.
El 4 de enero de 1988, compró a Teseo el palacio de Linares, en la plaza de Cibeles. Revilla pagó 2.600 millones de pesetas a través de una compañía llamada Palacio de Linares, SA. De esa cantidad, 2.450 millones correspondían al propio palacio y 150 millones a la cercana finca del Marqués de Duero, 4. Con la compra, Revilla salvó 500 millones de pesetas que había depositado en octubre de 1987 como garantía cuando actuó como intermediarlo de la venta del palacio de Linares con una sociedad francesa que al final desistió de realizar la operación.
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