Lo apocalíptico y lo emocional

J. M. M. F., No es exagerado afirmar que en cualquier discusión en la que haya rusos las emociones siempre acaban prevaleciendo sobre la razón. Ayer el tema del día, esto es la supuesta discusión racional sobre la cuestión del partido único tuvo que dejar paso a los temas emocionales. Primero, la cuestión de los presos políticos, luego la visión apocalíptica de la historia.

El escritor y miembro del PCUS Andrei Nuikin, aseguró que "la perestroika es para nosotros una cuestión de vida o muerte y no estoy haciendo propaganda". Nuikin aseguró que un fracaso de la reforma de Gorbachov "convertirá la Unión Soviética en un país del Tercer Mundo y creará una crisis de extrema agudeza que podría acarrear una catástrofe mundial". El escritor soviético, involucró a Occidente en el proceso que sufre su país al asegurar que su estancamiento puede llevar a que una Unión Soviética fracasada y empobrecida se enfrente con los países cuyo modelo le ha sido negado.

Lo emocional, sin embargo, surgió cuando fue mencionado el nombre de Leon Trotski. "La expulsión de Trotski y su asesinato fueron un crimen común", dijo en un momento Korotich. A partir de aquel instante la sombra del padre del Ejército Rojo ya no abandonó la sala y provocó una oleada de intervenciones en favor y en contra del mítico revolucionario.