El Gobierno israelí evita una amplia huelga a cinco días de las elecciones

El Gobierno israelí evitó ayer, en conversaciones de última hora, la huelga que amenazaba con paralizar el país a cinco días de las elecciones. Los cerca de 120.000 funcionarios públicos afectados lograron finalmente sus reivindicaciones salariales. No obstante, la conflictividad laboral continúa en otros sectores, síntoma, según los observadores, del grave deterioro de la economía.

Sin embargo, a pesar de la gran importancia que tiene la situación económica para los cerca de tres millones de electores llamados a las urnas el próximo martes, ésta ha quedado eclipsada por una campaña que gira sustancialmente en torno al futuro de los territorios ocupados en 1967: Gaza y Cisjordania.Delegados de los sindicatos de ingenieros, técnicos y licenciados universitarios estuvieron reunidos durante la noche del miércoles al jueves con los representantes de la Administración. No en vano, sus afiliados ocupan importantes puestos en la radiodifusión estatal, los ministerios y la Administración local, así como en la industria y los centros de educación superior. A las seis de la mañana, hora prevista para el inicio del paro, la negociación no había avanzado gran cosa, y ante la firmeza de los sindicatos, que llegaron a dar la orden de huelga, los representantes del tesoro público pidieron la prolongación de las conversaciones. Tras darles un plazo de sólo tres horas, los funcionarios se incorporaron al trabajo, y a las ocho ya se había llegado al acuerdo.

Mas allá del incremento salarial conseguido por los trabajadores, su triunfo representa un cambio en la propia estructura de la función pública. Una sola escala, consideración de la edad en cada nivel e incorporación de los pluses al salario base -que es el que cuenta a la hora de calcular las pensiones- son algunos de los logros más destacados tras dos meses de negociaciones improductivas entre las partes. El nuevo acuerdo, que evitó la reunión del comité electoral para analizar los posibles efectos de la huelga, deberá ser ratificado al día siguiente de los comicios.

Pero el descontento socioeconómico se manifiesta en otros conflictos laborales: la banca privada no abrió sus puertas ayer por la tarde; el sistema legal se paralizó también ayer por las protestas de sus trabajadores, y el tribunal laboral de Jerusalén dictó órdenes el miércoles contra la huelga de advertencia convocada por los médicos de los hospitales gubernamentales.

Por otra parte, Radio Israel se hizo eco de la entrega a su Gobierno de una protesta de la Comunidad Europea (CE) por el uso de balas de plástico por las fuerzas de seguridad en los territorios ocupados. La queja, la tercera sobre este asunto que eleva la CE desde el pasado mes de agosto, fue recibida por Yerosua Anog, director general de Asuntos Exteriores, de manos de los embajadores de Grecia, España y la RFA. De momento no se ha producido ninguna respuesta oficial por parte israelí, según precisó una fuente comunitaria.

El ministro de Defensa, Isaac Rabin, por el contrario, ha insistido públicamente en que sus fuerzas están preparadas para un eventual incremento de los disturbios coincidiendo con las elecciones. Los dirigentes clandestinos del levantamiento (intifada), siguiendo los pasos ya dados por la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), han pedido a los israelíes que voten por la paz y la retirada de los territorios ocupados.

[Otros dos palestinos murieron ayer en Gaza: una niña de tres años por la inhalación de los cuantiosos gases lacrimógenos esparcidos por los soldados israelíes, informa France Presse. Y, según Reuter, un joven de 16 años murió a consecuencia de dos tiros en el pecho disparados por los militares israelíes.]