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Internamiento indefinido para un joven británico de 13 años por matar y violar a una nina

Ciaran Collins, un niño de 13 años, ha sido condenado por un juez británico a la pena de internamiento indefinido por asesinar y asaltar sexualmente a Sharona Joseph, de dos años. La historia de Collins -"un niño triste que clama ayuda", según un informe del psicólogo del colegio en que estudió- no sería distinta de la de tantos jóvenes que nacen, crecen, viven y matan o mueren en ambientes hostiles si no fuese por lo rápidamente que ha alcanzado su clímax.

En un único caso equivalente a éste, una niña británica de 11 años que intervino en el asesinato de dos chavales fue puesta en libertad en vísperas de cumplir 23 años. Collins -pecoso, mirada fría, pelo claro- tenía 12 años cuando el pasado 22 de febrero andaba gamberreando junto a un centro social en el que Sharona y sus padres asistían a la fiesta de cumpleaños de su hermana Daniella, que acababa de cumplir nueve años. A Ciaran se le había visto hacer estallar uno de los globos de la fiesta, y al final, en un momento de descuido, cogió de la mano a Sharona y se la llevó. Hubo gente que les vio por las calles de Borehamwood, en el norte de Londres. Ciaran llevó a Sharona a una zona cerca de la vía del tren, en la que él se había construido un refugio, y allí tiró a la niña al suelo. La mantuvo boca abajo con la cabeza hundida en el barro hasta que la cría dejó de moverse y después la atacó sexualmente.La desaparición de Sharona fue observada en seguida e inmediatamente se movilizaron 200 personas y un helicóptero en su busca. Una mujer sospechó de la actitud de Ciaran y se lo comunicó a la policía. El chaval fue detenido y, tras varias horas de rastreo, en las que intentó despistar a la policía sobre el lugar donde se encontraba el cuerpo, llevó a los agentes ante el cadáver de la niña. "Así que está muerta", fueron sus únicas palabras.

Los seis días que ha durado el juicio han servido para pintar un cuadro familiar de inadaptación, desavenencias y delincuencia. "Es un joven, un niño, que ha conocido trastornos desde muy tierna edad", en palabras de uno de los abogados del caso.

Aversión

Ciaran nació en Londonderry (Ulster) y es hijo de un padre que pasó por la cárcel por tráfico de drogas. La familia se desplazó después a Inglaterra, pero el padre no pudo adaptare y volvió a Londonderry con sus dos vástagos. Los chavales vivían dejados de la mano de Dios, mientras la madre ganaba unas escasas libras en Londres y volvía a casa los fines de semana. El matrimonio acabó rompiéndose y ella se quedó a vivir en Borehamwood con otro hombre, al que Ciaran nunca llegó a aceptar. La aversión era mutua, con un padrastro empeñado en meter en vereda, por las malas más que por las buenas, a un chaval que desaparecía de casa durante días.En la escuela callejera, Ciaran pronto se las vio con pequeños robos y otros actos de gamberrismo. Hace un año se le internó en un centro especial y se le brindó un tratamiento docente para niños conflictivos. El 22 de febrero se escapó y no se le volvió a ver hasta que merodeó por la fiesta preparada por los Joseph.

Durante el juicio, Ciaran estuvo frío y distante, sin mostrar emoción alguna. Ha sido enviado a un centro de jóvenes para ser sometido a tratamiento médico y psiquiátrico.

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