Almudena Guzmán, premio de Poesía Ciudad de Melilla

ENVIADO ESPECIAL Almudena Guzmán, con su trabajo El libro de Tamar, resultó ganadora, tras reñida votación, del X Premio Internacional de Poesía Ciudad de Melilla. El jurado calificador solicitó a la organización que, debido a la calidad de los tres trabajos finalistas, editase los dos que forzosamente no consiguieron el galardón -Plantaciones de lúpulo y La luz grabada-, que consiste en 1.250.000 pesetas y la publicación del libro en la colección Rusadir.

Almudena Guzmán, que no pudo ser localizada por los organizadores del certamen en la madrugada del sábado, tras la cena en la que se falló el concurso, nació en una casa de campo de Navacerrada, en la sierra madrileña, hace 24 años, y ya fue finalista en 1986 del Premio Hiperión de poesía con su poema Usted. Anteriormente había ganado el Premio Altair, de Gijón, con La playa del olvido, y obtenido un accésit en el Premio Puerta del Sol como autora de Poemas de Lida. Estudió becada en Roma y en el año 1986 terminó la carrera de Filología Hispánica en Madrid.

"Tres años / tenía, / tres años / de polen y paja / en las trenzas, / cuando un romero / en el bosque/ se acercó/ a nosotros", así comienza este libro que ha obtenido el Ciudad de Melilla, uno de los más importantes premios de poesía, entre cuyos ganadores figuran Luis Rosales, Alfonso Canales, Mariano Roldán y Fernando Quiñones.

Almudena Guzmán que se define a sí misma como introvertida, comenta que escribió un cuento cuando tenía siete años, le gusta pintar y su color es el blanco, el color de sus metáforas, pero sus poemas indican que, aunque cuente sueños y recuerdos, sus temas son directos y reales.

Reñida votación

El jurado del premio, formado por el poeta Pablo García Baena; Pablo Jauralde, catedrático de Literatura de la universidad Autónoma de Madrid y que actuaba de secretario; Antonio Hernández, escritor melillense; Elsa López, ganadora de la edición anterior, y José Romera, profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), tuvo problemas para decidir el ganador, pues entre los 10 finalistas, de un total de 204 libros pesentados -una tercera parte de ellos enviada por autores residentes en el extranjero, principalmente de Centroeuropa y Latinoamérica-, había tres obras de similar calidad, lo que retrasó el acuerdo final. Por esta razón, antes de abrir la plica correspondiente al trabajo ganador, el presidente del jurado, Pablo García Baena, en nombre de sus compañeros, solicitó a los organizadores que publicasen excepcionalmente los poemas de los tres autores finalistas y no sólo el del ganador.Al acto final, una cena de gala en el parador melillense, asistió, además de las autoridades de la ciudad, una representación de la municipalidad de Nador, localidad marroquí vecina de Melilla, en lo que se interpretó como un acto de hermandad entre las dos poblaciones protagonistas de pasados conflictos.