Whitehead denuncia la destrucción de miles de pueblos rumanos

John Whitehead, enviado especial a Europa del Este del presidente norteamericano, Ronald Reagan, acusó ayer en Budapest a Rumania de "trágicas violaciones" de los derechos humanos, e indicó que Estados Unidos tenía muy pocas posibilidades de influir en el presidente rumano, Nicolae Ceaucescu. "He visto con mis propios ojos la destrucción de pueblos que está teniendo lugar [en Rumania]", aseguró Whitehead, en el segundo día de su estancia en Hungría.

El presidente rumano ha desarrollado un plan para destruir cerca de 8.000 poblaciones en la región de Transilvania, poblada mayoritariamente por los dos millones de húngaros que constituyen la mayor minoría étnica en Rumanía. Recientemente se han producido importantes fricciones entre Budapest y Bucarest, y cerca de 200.000 refugiados rumanos se han establecido en Hungría.

Whitehead, además de condenar lo que llamó "la opresión de la minoría húngara", citó otras violaciones de los derechos humanos como la detención de disidentes políticos, la supresión de la religión, la ausencia de una Prensa libre y la prohibición de manifestarse y estar en desacuerdo con el Gobierno. "Tan sólo podemos seguir hablando en voz alta y esperar que la opinión mundial se vuelva contra Rumanía", dijo Whitehead, "y esperamos que el pueblo rumano ejerza presión hacia sus líderes para cambiar estas prácticas".

El enviado norteamericano, que se reunió con las principales autoridades húngaras, incluido el primer ministro, Karoli Grosz, ha visitado ya Berlín Este, Bucarest, Varsovia y Praga desde que inició su gira a principios de mes, y ayer abandonó Hungría con direccíón a Sofía.