España participará en 71 proyectos del programa Esprit

LUIS MEDINA, Un total de 5,9 empresas privadas y nueve universidades y centros de investigación públicos intervendrán en los 71 proyectos con participación española recientemente aprobados por la Comunidad Europea (CE) en el marco del programa Esprit (Programa Estratégico Europeo de Investigación y Desarrollo de Tecnologías de la Información), al que la CE subvenciona, a fondo perdido, con el 50% del coste total del proyecto.

A esta primera convocatoria de la segunda fase del programa Esprit se presentaron un total de 650 proyectos, en 189 de los cuales participaban, en colaboración con otros países europeos, 111 empresas y 27 universidades y centros públicos de investigación españoles. Del total de los proyectos presentados sólo han sido aprobados 147, con un presupuesto total (le 184.750 millones de pesetas.El programa Esprit se creó en 1983, tras las presiones de un grupo de 12 empresas europeas: Bull, CGE, Thompson, AEG, Nixdorf, Siemens, GEC, ICL, Plessey, Olivetti, STET y Philips. Era la respuesta al inicio de la investigación compartida por Estados Unidos y Japón, empeñados en acaparar el mercado internacional. De hecho, las cifras de previsiones para 1990 presagiaban una respuesta europea de este tipo: en esas fechas, Europa alcanzaría un déficit de 15,6 millones de dólares, mientras que Japón disfrutaría de un superávit de 42 millones de dólares, y Estados Unidos, de 19,9 millones.

El objetivo del Esprit es, por tanto, proporcionar a la industria informática europea las tecnologías básicas que precisará para poder ser competitiva en 1990, además de contribuir al desarrollo de estándares y normas internacionales y promocionar la cooperación industrial. Estos objetivos se traducen en el desarrollo de nuevos productos en los campos del hardware (microelectrónica), software (inteligencia artificial) y su aplicación en la industria con carácter innovador (CIM, CAD, CAM, CAE, control de fabricación, etcétera), la oficina y el hoar.

Presencia española

En la primera fase del programa Esprit España sólo pudo participar en la segunda convocatoria, con una presencia casi simbólica del 1 %. Era el momento en que se acababa de firmar el acta de adhesión a la CE y el tema pilló a contrapié a las instituciones españolas. Aun así, la Dirección General de Electrónica e Informática, dependiente del Ministerio de Industria y Energía, emprendió una incesante labor para tratar de potenciar la presencia de empresas y universidades españolas en el programa Esprit, lo que queda reflejado en ese 6% de participación alcanzado en la reciente convocatoria.

En el Esprit, nuestro país empieza a coger el tren tecnológico europeo, quizá acicatado por las ventajas de participar en programas de esta envergadura: proyección europea, expansión de mercado, adquisición de tecnología avanzada, etcétera. Sólo por estas razones el Esprit es de gran interés, pero también por la madurez que nuestra representación comienza a demostrar, a pesar de que haya que pulir aún algunos detalles para vencer la reticencia con que los países nórdicos contemplan las iniciativas del sur europeo, demostrando aún un rechazo natural a todo lo que llegue de estos países.

Lo que sí tienen claro en Bruselas es que España se ha hecho notar en este terreno. Tiene una imagen de emprendedora y de entusiasta. El very well de aprobación se escucha a menudo referido a España cuando se habla de la iniciativa demostrada.

Antonio Feito, jefe de servicios y planes informáticos de la Dirección General de Electrónica e Informática, ha llevado todo el peso de la coordinación, defensa e información de los proyectos españoles, junto a Antonio Castillo, encargado de la participación de las universidades y los centros públicos de investigación. Finalmente, ha sido José Luis Bozal, director general de Electrónica e Informática, quien ha concretado la intervención política del Gobierno español frente a la junta de evaluación de proyectos Esprit.