Machado y Ayala
Francisco Ayala ponderaba en estas páginas, el pasado martes día 11, la calidad literaria del soneto A Lúter, de Antonio Machado. Al margen de la glosa histórica de este reconocimiento del viejo discurso cervantino de las armas y las letras, hay al final del comentario del ilustre maestro granadino un deje de nostalgia o de lamento, matizado, como siempre, por la ironía. "Hoy ¡se es tan avisado! ¡Se está tan por encima de las cosas!".¿A qué cosas alude mi admirado Ayala? Sin pretender adivinar su pensamiento, quizá el compromiso "a fondo" con la poesía, como él mismo apunta, sea lo que se haya debilitado en este tiempo de imagen, diseño y piruetas verbalistas, ajenas al fondo y genuino sentimientos nachadiano.
El valor de ese sentimiento, en e1 soneto comentado, se acrecenta si se reconocen sus raíces en nuestra tradición cultural, con o que se supera su condición episódica. Así, sin necesidad de volver a El Quijote, un coloso de la fintura como Goya, capaz siempre de elevar a clásico lo castizo, nos legó, ya al final de su vida en Burdeos, un espléndido dibujo alegórico, que puede admirarse estos días en el palacio de Villahermosa, catalogado con la leyenda de La pluma es más poderosa que la espada.
Cuando esa tradición se ignora, por frivolidad o por desarrairo, pasa lo de siempre: faltan poetas y sobran críticos. literarios.-
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