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21º FESTIVAL DE CINE FANTÁSTICO DE SITGES

George A. Romero da la sorpresa con un angustioso filme protagonizado por un simio

El certamen de Sitges, que inició sus proyecciones el viernes con el estreno de Fright night II, tiene ya su primera candidata al premio, su primera provocación incluida entre las películas a concurso, su primer gran éxito popular y su primera sorpresa ... La favorita es la producción noruego-finlandesa Ofelas (en inglés, Pathfinder), este año nominada al Oscar a la mejor película no hablada en inglés. La provocadora es Os canibais, una ópera de Manoel de Oliveira que arranca como el relato de unos amores sublimes e imposibles y acaba en una tragedia bufa y esperpéntica. La popularidad queda para Short circuit 2, la secuela de Cortocircuito de John Badham, mientras que la sorpresa nos la ha traído George A. Romero con Monkey shines, un filme de clima angustioso en el que un simio se convierte en el instrumento de un hombre paralítico.

Ofelas, cuya proyección fue acogida con una larga ovación es la primera película de la historia hablada en lapón, una cultura que su director, Nils Gaup dice querer salvar. Para lograrlo se ha basado en unas leyendas cuyo origen data del siglo XII y que son la clásica historia iniciática en la que un muchacho supera una serie de pruebas que le convierten en adulto.El éxito de Ophelas descansa en su exotismo. No es habitual ver una película íntegramente rodada en la nieve, cuyos protagonistas mantienen costumbres y practican ritos que nos son desconocidos. No importa que esté filmada como un interminable spot televisivo, ni que el director sea incapaz de describir y mostrar de manera correcta el espacio por el que se mueven los personajes.Ophelas, realizado por un director que confunde el dominio del lenguaje con el empleo del teleobjetivo es una película que convierte la nieve virgen del proyecto en una realidad consistente en chapotear en el tópico, con sus malvados copiados de La guerra de las galaxias, su música de cuerda para los momentos románticos y su idealización de la vida tribal de los lapones.

Os canibais también fue aplaudida al finalizar la proyección aunque antes motivó la huida de una parte de los espectadores, poco dispuestos a tolerar la idea de la fusión del género fantástico con la ópera. Oliveira, respetuoso con el texto y la música, irónico con sus criaturas y rendido admirador del teatro, filma con gran elegancia la delirante progresión de la trama. Su película será, probablemente, la más innovadora y joven del Festival.

De Short circuit 2, de Kenneth Johnson, lo más destacabble es la reconversión del robot conocido como número cinco en un cruce entre E.T. y Superman, una criatura que tiene unas baterías tan grandes y tiernas como el corazón de la mamá de Dumbo. La película funciona como comedia infantil y contiene algunos buenos gags.

Monkey shines es una agradable sorpresa porque nos evita las desagradables efusiones de sangre y nos propone una historia en la que un simio se convierte en la conciencia actuante de un humano que está paralizado en una silla de ruedas. La relación entre hombre y simio está bien contada, el filme posee un clima angustioso y su director lo ha solventado todo a base de recursos cinematográficos, sin recurrir a sus tradicionales efectos especiales.

Por otro lado, Peter Bogdanovich, el director de The last picture show, Todos rieron o ¿Qué me pasa doctor?, que se encuentra en Sitges anunció que trata de llevar a la pantalla la novela de Robert Graves El vellocino de oro. Bogdanovich se plantea rodar en Europa y, posiblemente, en España.

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