Cuba otra vez

Tras haber leído el extenso testimonio que la abogada Ana Rodríguez Robles publicó en EL PAÍS de 22 de septiembre, y aprovechando la libertad de expresión que tan repetidamente se defiende en ese mismo diario, quisiera hacer unas reflexiones sobre todo ello tras haber residido 11 meses en La Habana realizando un curso de salud pública (1987-1988). En primer lugar, es una lástima que Ana Rodríguez llevara una agenda de entrevistas tan "apretada y preconcebida", motivo que probablemente le impidió conocer las otras opiniones, las de las muchas personas que acertadamente creen que sin la revolución sus hijos no podrían tener la educación básica y superior que de forma totalmente gratuita disfrutan, así como el acceso de la totalidad de la población a una asistencia sanitaria sin lujos pero digna, completa y también gratuita. Y, por encima de todo, la seguridad de obtener un trabajo si se tienen menos de 65 años y más de 16; panorama este muy diferente, en dichos aspectos, al observado en la mayoría de los países europeos y en Norteamérica, que tantos reproches hacen a la situación de los Derechos Humanos en Cuba.En segundo lugar, invitaría a reflexionar a Ana Rodríguez sobre la posición geográfica de Cuba, situada frente a EE UU, que no se caracteriza precisamente por la cordialidad en sus relaciones no sólo con dicha isla, sino con cualquier otro país que se salga de su injusto pupilaje, y que permite comprender su continua posición a la defensiva y lo estrictas que resultan algunas de sus medidas de control para evitar acciones como el minado de los puertos nicaragüenses o la desestabilización de Gobiernos constitucionales, como pueda ser el caso del Chile de Salvador Allende.-