La intervención de las fuerzas armadas, decisiva
La intervención de las fuerzas armadas argelinas, tras la decisión del presidente Chadli Benyedid de responsabilizar al mando militar del restablecimiento del orden, ha sido decisiva para la vuelta paulatina de Argel a la normalización.Aunque persiste la tensión y no puede asegurarse que la situación esté totalmente controlada mientras subsista el toque de queda y el estado de sitio, muchos argelinos han visto con buenos ojos la militarización de la región afectada, según se desprende de las opiniones formuladas por los transeúntes en la calle.
El mando militar responsable del restablecimiento del orden obedece órdenes directas del jefe de las fuerzas terrestres, el general Jaled Nezzar, y está supervisado por el propio jefe del Estado Mayor, el teniente general Abdallah Belhuchet, el militar de más alta graduación del país. Los dos generales mantienen informado al presidente Benyedid sobre la evolución de los acontecimientos en la región de Argel. Ayer por la mañana, los transeúntes advirtieron el reforzamiento del dispositivo montado en la capital por las fuerzas armadas.
En este dispositivo desempeña un papel destacado el cuerpo de gendarmería, bajo la dirección del general Abbas Gheziel, de carácter paramilitar.
Las autoridades argelinas aseguran haber identificado ya a los principales responsables de las manifestaciones del miércoles pasado, según analistas políticos citados en un comentario de la agencia oficial de prensa APS. "Todos los detalles sobre el origen y los fines de esta operación serán dados a conocer a la opinión pública para que juzgue por sí misma", indicó la agencia.
No se ha pronunciado en ningún momento el nombre del antiguo presidente, Ahmed Ben Bella, ni del líder berberista, Ait Ahmed, que desde el extranjero han creado un movimiento de oposición y han hecho declaraciones en las que, tácitamente, reivindican la paternidad de las manifestaciones.
