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Una parte del Gobierno y del PSOE desconocía el contenido exacto del nuevo convenio con EE UU

, ENVIADO ESPECIAL, Los términos exactos del convenio de cooperación defensiva entre España y Estados Unidos, cuya negociación concluyó el miércoles con el encuentro entre Francisco Fernández Ordóñez y George Shultz, eran desconocidos todavía a última hora del jueves por una parte del PSOE y del Gobierno. Un miembro del Gabinete aseguró en diversas ocasiones a lo largo del jueves que el convenio no contiene ninguna cláusula por la que España se compromete a no inspeccionar el contenido, nuclear o no, de los barcos norteamericanos que hacen escala en puertos nacionales. Estos desmentidos gubernamentales provocaron no poco nerviosismo en la delegación negociadora española y en algún sector del Departamento de Estado, en Washington.

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La inclusión de urna cláusula mediante la cual "ambas partes" renuncian a la inspección de la carga de los barcos que hacen escala en los puertos del otro país, contenida en el anexo tercero del convenio, se admitió por parte de los negociadores españoles ya en el mes de junio; fueron entonces varios los medios de Prensa que informaron sobre esta concesión española, que trataba de paliar el enfado de Washington ante la exigencia de Madrid de incluir el término "introducción" de armas nucleares junto a la prohibición de instalarlas y almacenarlas.Pese a ello, un alto cargo del Ministerio del Portavoz del Gobierno aseguraba todavía en la tarde del jueves -es decir, casi 24 horas después de que Fernández Ordóñez hubiese dado por concluida la negociación con Shultz, en Nueva, York- que tal cláusula no figuraba en el nuevo convenio pactado entre España y Estados Unidos.

También medios del PSOE, como la encargada de relaciones internacionales, Elena Flores desmintieron el jueves la existencia de la cláusula, que, pese a figurar en uno de los ocho anejos forma parte del todo del convenio y, como tal, será debatida en las Cortes, presumiblemente a comienzos de noviembre (Ver EL PAÍS de ayer).

Tanto miembros del Gabinete como algunos dirigentes nacionales del PSOE insistían en que el fondo del acuerdo responde a un hábito de las relaciones internacionales entre países aliados, basada en una confianza plena en el respeto a los acuerdos de no introducir armas nucleares.

Elena Flores, que negaba que este punto se recogiera por escrito en el convenio, sí aceptaba la existencia de ese acuerdo tácito, tal y como se aplicaba hasta ahora a los buques de EE UU, citando concretamente los ejemplos de Noruega y Dinamarca.

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Desmentidos

Diversas fuentes, en Madrid, Nueva York y Washington, pusieron ayer de relieve que lo que ocurrió fue que, aparentemente, los portavoces gubernamentales desconocían el contenido del convenio y por ello desmintieron las informaciones periodísticas que hablaban de la cláusula de no inspección.

Aunque desde la Oficina del portavoz se había indicado que, en su comparecencia televisiva del jueves por la noche, Felipe González desmentiría la existencia de esta cláusula, el presidente, lógicamente, no lo hizo. Sólo ayer, en el curso de la habitual conferencia de prensa posterior al Consejo de Ministros, Rosa Conde reconoció que la decisión de no inspeccionar los buques figura en un anexo del convenio.

Rosa Conde informó ayer que, en realidad, el fin de las negociaciones, pese a haberse anunciado la noche del miércoles, estaba pactado desde hacía una semana, explicación con la que pretendió descalificar la versión de que se hayan incluido cláusulas o concesiones de última hora.

También negó, lo mismo que hicieron ayer fuentes de la Oficina de Información Diplomática, que el convenio vaya a contener cláusulas secretas y rechazó que el que figure un anexo de renuncia a la inspección de buques signifique dejación de soberanía por parte española: "La autorización se hará caso por caso", dijo la portavoz.

Rosa Conde indicó que en el momento en que el Gobierno tenga algún indicio de que un barco porta armas nucleares, "no atracará en puertos españoles"'. Igualmente, aseguró que el Gobierno evaluará en cada caso, " no por información concreta, que no la tendrá nunca, sino por los indicios de que disponga", cuando permitirá o no el atraque de un buque norteamericano.

Navajas y amigos

La portavoz reconoció que "lógicamente, ningún país va a decir cuándo llevan armas nucleares sus buques, porque de lo contrario se convertirían en un flanco de ataque". "Es verdad que la confianza mutua", agregó, "no garantiza" el exacto cumplimiento de acuerdos.

Ante los requerimientos para que indicara cómo va a garantizar el Gobierno que no entren armas nucleares en Esparla si no inspecciona los buques americanos, la portavoz gubernamental insistió una y otra vez en que Estados Unidos tiene "un Gobierno amigo y es un país aliado. ¿Si a su casa acudiera un amigo", replicó la portavoz a la pregunta de un periodista, "le registraría para ver si lleva una navaja?".

Más información en la página 29

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