El tribunal de Gibraltar espera que un policía español declare hoy
ENVIADO ESPECIALEl tribunal que investiga en Gibraltar la acción del SAS que causó la muerte a tiros de tres terroristas del IRA el pasado 6 de marzo espera para hoy la comparecencia de uno de los policías españoles que realizó tareas de seguimiento del comando del IRA en la Costa del Sol. Sin embargo, fuentes del Ministerio del Interior señalaron ayer a este periódico que la posibilidad con la que trabaja el departamento es la de enviar un testimonio por escrito en el que se detalle la actuación de los servicios españoles, al ser ésta una de las posibilidades admitidas por el tribunal.
El contenido del testimonio escrito no se daría a conocer hasta que fuera recibido por el juez Félix Pizzarello, aunque, según diversas fuentes, confirmaría que hubo control por parte de la policía española el 6 de marzo, cuando los terroristas cruzaron la frontera. En concreto, los policías españoles controlaron ese día el Renault 5 de color blanco que fue introducido en Gibraltar por los terroristas. Fuentes españolas mantienen que el intercambio de información y la colaboración entre los servicios españoles y británicos fue intenso y fluido.
La versión que mantiene la policía española es opuesta a la dada ante el tribunal por el responsable del equipo del SAS, que atribuyó a una falta de información por parte española los errores de diverso signo que se produjeron durante la operación.
En el interior de la sala, la expectación volvió a aumentar ayer con el testimonio de Michael Scott, un experto en electrónica del Instituto de Estudios Superiores de Dublín. Scott aseguró que en ningún caso desde el lugar en el que fueron abatidos los terroristas se podría haber activado por control remoto el explosivo supuestamente colocado en las inmediaciones de la residencia del gobernador. Según Scott, entre el lugar en el que se produjeron los disparos -la gasolinera Shell, muy cerca ya de la frontera española- y el final de Main Strett, donde estaba estacionado el supuesto coche bomba, no se podría haber activado un mecanismo de control remoto ni aun con los equipos más sofisticados que se pueden encontrar en el mercado. El diferente nivel de altitud y la existencia de numerosos edificios imposibilitaría la acción. Debería haber hecho falta una antena en vertical de más de 15 metros en el automóvil, afirmó Scott, para hacer posible la detonación.
La declaración del experto en electrónica -que el lunes realizó mediciones en distintos puntos de Gibraltar- supone un nuevo golpe para la versión que han mantenido durante la investigación judicial los miembros del SAS. Los militares británicos señalaron en todo momento que los disparos que terminaron con la vida de los terroristas se realizaron ante la posibilidad de que los miembros del IRA activaran el explosivo.
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