Líbano, en el límite

En los comicios presidenciales en Líbano se elige un cargo cuyo significado puede considerarse meramente simbólico a la vista de la progresiva desintegración de la autoridad del Gobierno central. Después de 13 años de contienda civil y de indescriptible sufrimiento, puede perdonarse a los libaneses por dudar de la relevancia de la votación.Aun así, lo que suceda. en las elecciones es importante para el pueblo libanés y para el resto del mundo. En primer lugar, determinará las perspectivas de mantener la ficción de que Líbano es un Estado unitario. En segundo lugar, repercutirá en el conjunto del balance de fuerzas en Oriente Próximo, dada la tendencia de otros Gobiernos de la zona a librar sus batallas a través de sus representantes en Líbano.

Líbano ha permitido de hecho la división entre los enclaves musulmán y cristiano durante algún tiempo. Pero los Gobiernos extranjeros, desde Damasco hasta Washington, han procurado desesperadamente no permitir que esta situación pase a ser de derecho. Occidente no desea contemplar el establecimiento de ningún otro miniestado de dudosa viabilidad.

En estas circunstancias, la única esperanza de mantener un mínimo de orden y legitimidad en Líbano es que Siria desempeñe un papel continuado. Los cristianos pueden quejarse de interferencia en sus asuntos, pero estarían peor con una separación formal. Y si la lucha comienza de nuevo, el caos será total.

23 de septiembre