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La voz, nexo de la música gitana

Al encuentro de Londres acudieron artistas indios, magrebíes y europeos

El primer encuentro de música gitana organizado por el Instituto de Artes Contemporáneas de Londres con artistas procedentes de la India, Argelia, Bulgaria, Yugoslavia, Marruecos, Francia y España, ha confirmado el interés creciente que existe en Europa hacia las músicas étnicas. Según Robert Wisdom, director de la semana que concluyó el pasado domingo, el encuentro "proporcionó momentos en los que la piel se eriza y el alma respira escuchando el cante jondo de la tierra".

Con un programa centrado en lo gitano como raíz común, el Instituto de Artes Contemporáneas de Londres, centro que pretende impulsar la cultura hacia nuevas fronteras, acogió la pasada semana el primer encuentro de música gitana. Fué un festival de las distintas tendencias musicales que confluyen en la cultura gitana, representadas por artistas como el argelino Cheb Chader, Odjial de Yugoslavia, Kally Jak de Bulgaria, Hassan Erraji de Marruecos, Nakkuals de la India, y los españoles Ketama, Diego Carrasco, Fernanda de Utrera y José de la Tomasa. Todos representan tradiciones de grupos marginales, desposeídos de su tierra en la historia pero no de su cultura oral, cuidada y protegida por familias y comunidades. Las conexiones más obvias se pueden reconocer en movimientos del cuerpo; en ritmos; en una manera sutil, tensa y complicada de tocar instrumentos y en la actitud del músico frente al público. El nexo de unión más poderoso es la voz fuerte, elaborada a veces con angustia, pasión, siempre urgente y que contiene tensión física y momentos de desafío.Hay un público hambriento de escuchar emociones y canciones de lamento; voces que expresen una pasión amorosa correspondida con infidelidad o las relaciones insatisfactorias marcadas por una fuerte sexualidad. Con un lenguaje incomprensible para el público británico, las interpretaciones son abiertas y se producen a través de los timbres, las voces y el lenguaje del cuerpo.

La semana comenzó con el estilo comercial de los franceses Gipsy Queen. Alejados de purismos, cantan de manera romántica y sensual, muy diferente al rai del argelino Cheb Chader, enraizado con el flamenco y la calle. Chader ofreció una música inspirada y placentera, con textos poéticos que tratan de valores y creencias personales. Los españoles Ketama no llegaron a establecer una comunicación total sobre el escenario, aunque dejaron una buena impresión, como el jerezano Diego Carrasco, innovador irónico y divertido que se acompañó de la magnífica guitarra de Moraíto Chico y tres bailaoras bravas y alegres.

El último día del festival, dedicado al flamenco puro, dejó la impresión más profunda y duradera. Si la música joven de José Carmona y Ketama es sensual y erótica, en la que ofrece la generación veterana de Fernanda de Utrera, José de la Tomasa, La Negra y Angelita parece que todavía se puede morir por amor. El poder de esas voces de tonos ásperos, buscan justicia en sus historias de amor difícil, de relaciortes corrosivas y leyes de familia. Este cante tiene algo de catárquico, y ofrecido con actitud generosa despertó algo del alma callada de Londres pues, como afirmó Robert Wisdom, director de la semana, "dió a la gente momentos en los que la piel se eriza y el alma respira escuchando el cante jondo de la tierra".

es periodista musical y editora de la revista Popular Music, de la Cambridge University Press.

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