Socialdemócratas y comunistas logran la mayoría absoluta en las legislativas de Suecia
El bloque socialista, integrado por socialdemócratas y comunistas, logró una clara victoria en las elecciones legislativas celebradas ayer en Suecia. Esta madrugada, cuando iba escrutado el 95% de los votos, se estimaba que los socialdemócratas y los comunistas obtendrían entre 180 y 182 escaños de los 349 que componen el Parlamento. Los tres partidos del llamado bloque burgués retroceden en sus posiciones respecto a las elecciones de 1985, lo que representa para ellos la peor votación de los últimos años.
Las dos mayores formaciones de ese bloque -conservadores y liberales-, retrocedieron fuertemente, y el Partido del Centro, en menor proporción. El Partido del Medio Ambiente (verde) ingresará, como estaba previsto, en el Parlamento, pero sin tener los porcentajes esperados; esto significa que no tendrá la posición de árbitro en las decisiones parlamentarias, que era la eventualidad más temida. El bloque socialista por sí solo tendrá la mayoría absoluta.El otro punto candente de estas elecciones -el referéndum sobre la aceptación o no de extranjeros en la comuna de Sjobo- resultó favorable en un 70% a la posición sustentada por Sven Ole Olsson, de rechazo a los extranjeros.
Triunfo categórico
Otro pronóstico confirmado fue la baja participación del electorado, un 86% (frente al 89,9%. de las elecciones de 1985, que había sido considerado bajo). El triunfo socialista, aunque anunciado en los sondeos previos, resultó más categórico de lo esperado y casi sorprendente, habida cuenta de la dura campaña realizada por la oposición para erosionar la imagen de los socialdemócratas. Los resultados indican que el crecimiento verde ha sido a costa de los tres partidos burgueses y no de los socialistas, como se había previsto.La gestión económica del partido gobernante -que sin duda ha tenido éxitos, pese a que fue el sector empresarial el más beneficiado- y la irrupción de los verdes con su discurso ecológico quitaron a los partidos burgueses toda posibilidad de presentar una opción más atractiva en temas sensibles para el electorado sueco como el de la economía. Carente de argumentos válidos, la oposición, con el soporte de los principales medios, apeló a la explotación de los llamados escándalos políticos del partido en el gobierno. El electorado no fue receptivo a esa campaña, y, aunque con un pequeño descenso en porcentaje pero manteniendo los 159 escaños que tenía, el Partido Socialdemócrata ha hecho una buena campaña electoral.
El ascenso del Partido Comunista, que probablemente ganará un par de escaños sobre los 19 que tenía, consolídala posición del bloque socialista. El resultado más catastrófico ha sido para los dos partidos burgueses mayoritarios, el Conservador y el Liberal. En las elecciones anteriores, los conservadores perdieron 10 escaños, y la pérdida de otros 10 en éstas significa una aplastante derrota.
Los resultados de 1985 habían provocado la sustitución del líder Ulf Adelsohn por Carl Bild. La prédica de éste -cargada de fuerte anticomunismo y antisovietismo en materia internacional y de énfasis en la privatización de la economía, en el plano interno- no encontró eco en el electorado.
El Partido Liberal, que obtuvo un gran triunfo en las últimas elecciones, al aumentar en 30 el número de sus escaños y cuyo líder, Bengt Westerberg, se perfilaba como primer ministro de un eventual Gobierno burgués, pierde ocho escaños. El Partido de Centro, que también había desplazado a su lider, Torbjora Falldin, tras el estrepitoso fracaso de la elección pasada, pierde solamente dos escaños.
Por su parte, el resultado del referéndum en la comuna de Sjobo es uno de los problemas que deberán afrontar ya mismo el partido gobernante y el Partido del Centro, al que pertenece Olsson. La dirección de ese partido anunció que adoptaría sanciones que podrían llegar hasta la separación de Olsson, lo que deberá ser considerado en la asamblea partidaria del próximo mes de octubre. Es una decisión dificil para el Partido de Centro, que no está en condiciones de soportar una escisión que, además, puede tener otras consecuencias. Hay indicios de que, en otra comuna, concejales centristas están barajando la idea de realizar un referéndum similar.
La celebración de un referéndum de este tipo es considerada una mancha para la democracia sueca y un peligro para la hasta ahora convivencia armónica entre suecos y extranjeros. Con una población de 8,5 milIones de habitantes, Suecia tiene algo más de un millón de extranjeros.
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