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LA NUEVA U.R.S.S.

El racismo como ciencia

Pilar Bonet

La publicación de textos del pasado que identifican a los armenios con ladrones, especuladores y traidores constituye una forma de echar leña al fuego de la discordia nacionalista desde Bakú. Tales textos, que serían prohibidos por racistas si se escribieran hoy, aparecen como documentos con pretensión científica en los boletines de la Academia de Ciencias de Azerbaiyán. Zia Buniyatov, héroe de la URSS y Director del Instituto de Estudios Orientales, está muy orgulloso de su último descubrimiento de archivo, un texto de principios de este siglo donde se afirma que los armenios son un pueblo entre cuyas características están "la codicia, la intriga, el perjurio, la capacidad de venderse y el servilismo". El último fin de los armenios, según Buniyatov, es separarse de la URSS. Las reivindicaciones de este pueblo sobre Nagorno-Karabaj son comparadas por Zia a las que podría tener España sobre Iberoamérica o Portugal sobre Mozambique.En su opinión, han aparecido "demasiadas partes" de Armenia. "El recuerdo del amor pasado es a veces más fuerte que el mismo amor. El recuerdo no se puede convertir en reivindicación". Quienes reclaman Nagorno-Karabaj no piensan, según Zia, en lo que pasará con los 250.000 armenios que viven en Bakú.

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El Azerbaiyán histórico, del que la República Soviética de Azerbaiyán es sólo parte, se extiende a ambos lados de la frontera soviético-iraní, pero los contactos con los azerbaiyanos de Irán se han reducido tras la llegada al poder del ayatolá Jomeini. En Bakú se captan los programas de radio y televisión iraní, cuya influencia se desdeña en los medios oficiales. Desde Bakú se emiten programas especiales para los azerbaiyanos de Irán.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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