Los 'no alineados' exigen un Estado palestino y una conferencia sobre Suráfrica

"Ha sido un éxito", declaró ayer el ministro chipriota de Asuntos Exteriores, George Iacovu, al hacer balance de la conferencia ministerial de los no alineados, que pocas horas antes se había clausurado en Nicosia. No hubo sorpresas cuando, cerca ya de las cuatro de la madrugada, Iacovu dio por terminada una semana de intensos trabajos y consultas sobre los principales problemas políticos y económicos del mundo. El documento final está centrado en la necesidad de que los palestinos dispongan de un Estado propio y en la conveniencia de convocar una conferencia internacional sobre Suráfrica.

Tan sólo la cuestión del Sáhara occidental llegó al plenario sin un acuerdo previo. El presidente del comité político, el viceminístro de Asuntos Exteriores cubano, Raúl Kuri Roa, lamentó que no hubiera sido posible lograr un texto aceptable para todas las partes. El consenso llegó de la mano de una resolución más general, en la que se pide que se resuelva el problema sin apoyar abiertamente a ninguno de los implicados. El Frente Polisario, al contrario que Marruecos, no es miembro del movimiento, aunque cuenta para su defensa con la colaboración de Argelia.Los ministros de Exteriores de los no alineados piden a las Naciones Unidas que se responsabilice de la seguridad de los palestinos que viven en los territorios ocupados por Israel. La declaración final renueva la petición de un Estado palestino, sanciones contra Israel, al que califica de "centro de la crisis de Oriente Próximo y causa última del conflicto árabe-israelí", y la conveniencia de una conferencia internacional de paz sobre Suráfrica. El problema kurdo, aunque recordado por las actuales matanzas que se están produciendo en el norte de Irak, no ha encontrado un defensor que lo llevara a los debates.

Quizá el aspecto más innovador de esta reunión haya correspondido a la autocrítica que una gran parte de los asistentes ha realizado sobre los cometidos del movimiento y sus procesos de trabajo. Se han sucedido los llamamientos a "traducir los principios en acciones", y la llamada declaración de Nicosia (un texto breve e independiente del documento final) llama a la modernización del movimiento, el aumento de su creatividad y la búsqueda de métodos que den mejores resultados.