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Entrevista:

Amigos personales

Pregunta. ¿Cómo conoció usted a Salvador Allende?Respuesta. Yo lo conocí en la campaña de 1964, en un acto político de médicos. Empecé a trabajar con él en 1968, cuando era candidato a senador en Chiloé, donde yo ejercía de médico y además era vicepresidente del Comando Allendista, como independiente. Cuando salió elegido como presidente, me pidió que me quedara con él en La Moneda para organizar su servicio médico y como hombre de confianza.

P. Usted desarrolló una significativa labor dentro del llamado GAP ¿Qué era exactamente el GAP?

R. El GAP se montó porque la escolta del presidente, hasta Allende, estaba formada por funcionarios que dependían de Interior. Mientras Allende es presidente-electo, sufrió varias encerronas de la policía controlada por el Gobierno saliente de la Democracia Cristiana. Entonces se decide formar un grupo de escolta, que Allende definió en una conferencia de prensa como "un grupo de amigos personales que comparte mi casa y mi mesa". Los periodistas acuñaron ces el término GAP (Grupo de Amigos Personales).

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P. Quince años después de su muerte, ¿qué recuerdo guarda de su relación política con Allende?

R. Él confiaba en la fórmula de ir al socialismo a través de la vía pacífica. En un inolvidable discurso ante los estudiantes de la universidad de Guadalajara, en México, definió su Gobierno como de "marxistas, laicos y cristianos". Tenía una gran confianza en sí mismo. Allende solo tenía más fuerza que todos los partidos.

P. ¿En qué medida puede hablarse de Allende como de un auténtico líder de masas?

R. El pueblo chileno tenía mucho respeto por su figura. Allende iba de pueblo en pueblo, no sólo a las grandes ciudades. Recuerdo como anécdota una vez que fuimos a Chiloé. Llegamos en coche hasta un punto donde no podíamos seguir. Estaba previsto que utilizáramos caballos, y no llegaban. Mientras esperábamos, Allende dijo: ¡Vamos a trabajar, en mitad de un descampado. Sacó uno de sus carteles de propaganda e iba parando a los campesinos que pasaban de cuando en cuando: "¡Compañero, buenas tardes! ¡Soy Allende! ¡Vote por mí". A mí, la verdad es que me daba un poco de vergüenza.

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