Dimite un alto cargo de Renfe por el accidente en un túnel de Sabadell

El jefe de Transportes de la V Zona de Renfe, Rafael Bonachela, ha dimitido de su cargo a causa de las graves anomalías que se produjeron en el accidente ocurrido el viernes pasado en el túnel que atraviesa Sabadell, donde un tren se incendió y parte de los viajeros de otra unidad quedaron atrapados durante dos horas. 52 personas resultaron intoxicadas, cuatro de ellas de gravedad.

Rafael Bonachela dimitió después de que la dirección de Renfe suspendiera temporalmente de empleo al inspector principal M puesto de mando de Barcelona, Julio Carazo, y al factor de circulación que controlaba los trenes de la línea de Barcelona a Manresa, Antonio Alibán.De las investigaciones realizadas se desprende que la incorrecta actuación del puesto de mando de Barcelona, que es el único que puede comunicarse con los trenes en circulación, permitió que se adentrara en el túnel un tren con 80 pasajeros, media hora después de que se incendiara otro convoy.

Los trenes afectados por el suceso no pudieron establecer contacto con el mando de Barcelona por una avería en las comunicaciones tren-tierra, al parecer porque alguien robó el mismo viernes en la bifurcación de El Clot (un barrio de Barcelona) 70 metros del cable de la línea de comunicación.

En caso de avería en las comunicaciones tren-tierra, los conductores se rigen por el sistema de señalización por semáforos, que dispone de bloqueo automático, y por las instrucciones directas que se les facilitan en las estaciones.

Las investigaciones realizadas hasta ahora han permitido reconstruir lo sucedido. A las 15.25 del viernes, el tren 25.051, que procedía de l'Hospitalet con destino a Terrassa, se incendió dentro del túnel poco antes de llegar a la estación de Sabadell-Centre. Los pasajeros fueron desalojados del convoy sin más consecuencias. En la misma estación se encontraba parada la unidad 25.164, procedente de Terrassa, que también fue desalojada inmediatamente sin problemas.

Descoordinación

Al saber que se había producido un accidente en la vía, los empleados de la estación de Sabadell-Sud comunicaron a los de la estación de Terrassa, de la que debían partir los trenes que iban a pasar por el túnel, que existían problemas en la línea. Los empleados de Renfe en Terrassa contactaron con el puesto de mando de Barcelona para pedir instrucciones, ya que estaba a punto de salir el tren 25.166, con destino a Vilafiranca del Penedès.

El puesto de mando no tenía en ese momento comunicación directa con los trenes siniestrados a causa de la avería mencionada. A pesar de ello, dio instrucciones a Terrassa para que autorizara la partida del convoy, sin conocer la magnitud del problema que le habían anunciado. El tren partió con ciertas precauciones, entre ellas la de ser conducido por el sistema marcha a la vista, para poder frenar si era preciso.

Después de efectuar la parada reglamentaria en Sabadell-Nord (apeadero que carece de personal de Renfe), el tren siguió por el túnel a escasa velocidad. A un centenar de metros de Sabadell-Centre, el conductor encontró el semáforo en rojo y paró el tren. El disco estaba rojo porque el andén de la estación estaba ocupado por la unidad que le precedía, que ya había sido desalojada.

Al parar, el interventor y el maquinista divisaron el humo a una distancia de aproximadamente quinientos metros y optaron por hacer descender a los viajeros y recorrer a pie el túnel en dirección a la estación de Sabadell-Nord, ya que está terminantemente prohibido que los trenes circulen en marcha atrás. Los responsables del tren partieron sin advertir que en el último vagón quedaba una parte de los pasajeros, a la espera de recibir auxilio, al parecer siguiendo los consejos iniciales del interventor.

Hasta dos horas después no se percataron en el exterior que todavía quedaban pasajeros en el subterráneo. Al llegar el humo al convoy, los pasajeros cerraron todas las ventanillas, pero la tardanza de los equipos de rescate provocó que 52 personas resultaran intoxicadas.