Impresionante novillada
El segundo de la tarde le pegó una cornada a Rodolfo Pascual cuando toreaba con la izquierda. El toro ya le había avisado dos veces por ese mismo pitón, pero Rodolfo Pascual, y sus compañeros de terna ayer, afrontaron el peligro de la impresionante novillada con un pundonor "a la antigua". Pascual pagó el caro precio de la cornada; Luis Milla y Jesús Zárate se libraron del percance pero lo tuvieron cerca.Trapío, cornamentas astifinas, seriedad, hechuras de toro tenían los seis ejemplares que se anunciaron novillos. Ganado de casta, duro, correoso, que para mayor peligro sacó sentido, avivado por las bregas necesariamente complicadas en los primeros tercios, donde las cuadrillas intentaban afanosamente reducir las violentas embestidas. Duros de pezuña, poderosos, los seis novillos de ayer desarrollaron más fuerza, provocaron más incidentes, recibieron más puyazos en regla que toda la feria de Bilbao junta.
Puerta / Milla, Pascual, Zárate
Novillos de Julio Puerta, de gran trapío, correosos, broncos. Luis Milla: pinchazo y estocada trasera (ovación y salida al tercio); pinchazo, estocada atravesada y 12 descabellos (silencio); pinchazo y estocada baja (ovación). Rodolfo Pascual: cogido por el 2º, sufre cornada de 15 centímetros en región escrotal con destrozos en anillo inguinal y puntazo en muslo; pronóstico menos grave. Jesús Zárate: bajonazo (ovación y salida al tercio); espadazo en el brazuelo (silencio); dos pinchazos y media (palmas). Plaza de Las Ventas, 28 de agosto.
Más autenticidad de toro de lidia tuvo la novillada de ayer que esa feria bilbaína, recientemente terminada, y que muchas otras, en las que cada tarde los toros salen romos, se vuelven borregos, ruedan por la arena, y luego un coro de taurinos y aduladores pretende justificar el monumental fraude urdiendo peregrinas argumentaciones, sin fundamento y sin ingenio. Una corrupción generalizada que afecta a todos los estamentos taurinos, próximos y remotos, está destruyendo el espectáculo para beneficio inmediato de unos cuantos, mientras el dramatismo y la grandeza de la fiesta lo sostienen otros muchos, con enormes sacrificios.
El valor con que los modestos novilleros hacían frente al corridón, convirtió el festejo de ayer en Las Ventas en uno de los más emotivos de la temporada. Luis Milla en el primer toro, Jesús Zárate en el tercero, hilvanaron faenas emocionantes en las que consiguieron ligar pases a base de someter derrotes y librar tornillazos. En sus otras intervenciones no tuvieron más remedio que castigar por bajo, dada la bronquedad de sus enemigos, y lo hicieron con valentía, serenidad y técnica. Nadie perdió los papeles con unos toros que habrían dado pánico a la mayoría de las figuras.
Las corridas de Madrid -toros, rigor, afición atenta y experta- y las de otros pagos (por ejemplo, Bilbao), sólo se parecen en que por sus callejones anda Chopera.
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