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La financiación del déficit público vuelve a la ortodoxia, con un aumento de costes para el Estado

El pulso echado las últimas semanas sobre el precio del dinero entre la banca, el Tesoro y el Banco de España se resolvió ayer con un nuevo giro en la política financiera del déficit público, que se vuelve más ortodoxa. Para vencer las resistencias del mercado y asegurarse la colocación de deuda pública, las autoridades admitieron una subida de 0,25 puntos en el interés de las letras del Tesoro a tres meses (hasta el 10,5%). Pero el banco emisor lanzó el mensaje de que no está dispuesto a ver subir el resto de los tipos de interés, al bajar al mismo tiempo 0,125 puntos el precio del dinero que facilita diariamente a las entidades de crédito (hasta el 10,375%). Por una y otra vía, habrá mayores costes para los Presupuestos del Estado, cuyo proyecto para 1989 eleva en un 50% los gastos en deuda pública (hasta 1,78 billones).

Lo ocurrido ayer introduce toda una innovación en la política monetaria. Es la primera vez en muchos años que se acepta la subida de los intereses de la deuda al mismo tiempo que se pretende bajar el precio del dinero. Nunca desde que el Banco de España cuenta con sus actuales instrumentos de control de la masa monetaria para luchar contra la inflación había tomado a la vez la decisión de subir las letras del Tesoro, mediante las cuales retira dinero del sistema, y de bajar los créditos de regulación monetaria, por los que proporciona liquidez al mercado.Desde la Administración se había sugerido esta respuesta el mismo día que se publicó el aumento del 1,3% en el índice de precios al consumo de julio, con el fin de afrontar las presiones de la banca y las nuevas expectativas de inflación y de subidas de tipos de interés en España y en otros países occidentales. Pero el mercado monetario no terminaba de creerlo y en los últimos días apretaba las dos tuercas a un tiempo: ligeras subidas del interés interbancario y reiterada negativa a suscribir deuda con tipos inmóviles.

Si en la anterior subasta de letras sólo permitió así renovar un 14% de los títulos que vencían, el Banco de España logró colocar ayer 188.660 millones de pesetas, cifra superior en casi 30.000 millones a los vencimientos. El precio medio a que han sido adjudicadas estas letras a tres meses ha sido del 10,39%. Pero el tipo de interés marginal -más representativo en cuanto marca el precio máximo al que el banco emisor estuvo ayer dispuesto a aceptar las ofertas del mercado- ha sido del 10,5%, con subida de un cuarto de punto. Las presiones alcistas de la banca fueron confirmadas por el hecho de que las ofertas del mercado superaron los 250.000 millones de pesetas. De esto se desprende que incluso hubo 60.000 millones de pesetas que apostaron por tipos superiores al 10,5%.

La otra mano

Por primera vez desde que el banco emisor empezó a utilizar las letras a tres meses para retirar dinero del sistema -en julio del año pasado-, el precio de estos títulos supera al de los créditos de regulación (10,375%). Así, al Banco de España le sale más caro a partir de ahora retirar dinero que facilitarlo, al contrario de lo que ocurría. Sus intervenciones con deuda se han movido entre los 0,2 puntos por debajo del precio de sus créditos (en abril último) y los 0,6 puntos (en la tercera decena de julio).Los préstamos facilitados ayer por el Banco de España ascendieron a 188.511 millones de pesetas a un día, volumen inferior al de las dos jornadas anteriores. Pero el que su precio bajara un octavo de punto respecto al 10,5% que se mantenía invariable desde finales de mayo pasado fue interpretado por los operadores del mercado como un claro mensaje de que el banco emisor no está dispuesto a que suban el resto de los tipos de interés. Los créditos que facilitan diariamente los bancos holgados de dinero a los que andan escasos ascendieron ayer a 499.211 millones de pesetas, importe superior al del día anterior, y su precio medio bajó para un día desde el 10,54% del martes hasta el 10,44%, descenso algo inferior a la del dinero del banco emisor. Pero los plazos mostraron mayor resistencia a la. baja (superiores al 10,5% para la semana y al 11% para más de seis meses). Esto indica que nadie apostaba porque haya nuevas rebajas en los próximos días, cuando en los principales países occidentales la tendencia de los dos últimos meses es al alza.

Al contrario, el mercado parecía convencido de que el alza de las letras en poder del Banco de España no sólo será seguida por las letras a un año que subastará el Tesoro el próximo día 30, sino que afectará a los bonos del Tesoro a tres años, que subieron ayer en el mercado secundario.

El fin de las resistencias a suscribir deuda permitirá así al Estado financiar el déficit público de este año y los títulos que vencerán (medio billón cada uno de los próximos meses), en vez de que recurrir al Banco de España (en julio, por más de 136.000 millones), vía que se había abandonado por inflacionista hasta principios de este verano. Pero el banco emisor reducirá beneficios -ingresos para el Estado- al cobrar menos por sus créditos, mientras que el Tesoro verá elevadas sus cargas financieras. En el presupuesto de 1988 el capítulo de deuda era de 1,17 billones. Para 1989 se habla de 1,78 billlones, un 50% más, a pesar de que la previsión de déficit es menor.

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