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20 años de primavera

La vida puede ser especialmente cruel con la gente que se adelante a su tiempo. De ello no hay ejemplo más mordaz que el de Alexander Dubcek, que gobernó en Checoslovaquia durante el falso amanecer de la primavera de Praga, acabada por orden de Leonid Breznev hace 20 años este fin de semana. Se ha dicho mucho en cuanto a la buena suerte que da el número ocho, pero los checoslovacos tienen que tener sentimientos encontrados respecto a la concatenación de aniversarios en J988: independencia de Austria en 1918 que acabó en Múnich en 1938, tomada por los comunistas en 1948, e invadida por sus aliados del Pacto de Varsovia en 1948. Lo que da a la historia de Dubcek su peculiar sabor excitante es que él mismo podría haber escrito el programa de reforma llevado a cabo ahora con tanta energía y resolución por Mijail Gorbachov en la misma Unión Soviética. En una rara y extraordinaria entrevista que fue publicada en enero, Dubcek reclamó con modestia, pero también con justicia, haber sentado el precedente de la glasnost. Mientras tanto, su país sigue siendo gobernado como si Breznev pudiera volver en cualquier momento, y sus nuevos gobernantes, claramente similares a los que acababan de sustituir, rechazaran la tardía pero total reivindicación de, Dubcek. No existe la certeza de que el liderazgo de Gorbachov llegue a durar o que triunfe definitivwnente sobre las considerables fuerzas de la reacción en la Unión Soviética. 19 de agosto

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