Reagan asegura que Dukakis es un liberal peligroso
Ronald Reagan, señalando el camino a seguir a unas huestes republicanas prácticamente huérfanas ya de liderazgo, denunció ayer en Nueva Orleans al candidato demócrata a la presidencia, Michael Dukakis, como un peligroso liberal que esconde sus verdaderas intenciones bajo un ropaje de moderación tecnocrática. El presidente entusiasmó a la convención, que pidió "cuatro años más" de Reagan, al afirmar que los demócratas son "liberales, liberales, liberales" e hipócritas que "van a robarnos nuestros mensajes" y valores como la familia y el patriotismo.
El adjetivo "liberal" es prácticamente un insulto en esta América hiperconservadora del final del reaganismo. Reagan, de 77 años, ha robado a George Bush el papel estelar de la convención, diseñada para establecer al vicepresidente como un líder creíble y con personalidad propia capaz de heredar el manto del reaganismo. Los más de 2.000 delegados republicanos reunidos aquí designarían, si no fuera. constitucionalmente imposible, al anciano ex actor de Hollywood como candidato a un tercer mandato. El partido va a las elecciones de noviembre con el mismo programa ultraconservador con el que Reagan sacó de la Casa Blanca a Carter en 1980 y barrió 49 de los 50 Estados en 1984.El presidente, que hizo su entrada en Nueva Orleans en un ambiente de carnaval, precedido por un elefante, charangas y carrozas -algo parecido a una cabalgata fallera valenciana-, calificó a Dukakis de candidato "invisible". Utilizó para ello la palabra stealth, nombre del nuevo bombardero ultrasecreto invisible para el radar. Reagan deió a la convención demócrata de Atlanta del pasado julio que coronó a Dukakis como "la mayor mascarada desde el carnaval de este año".
El presidente, armado con un enorme mazo de madera -el Gipper's Gavel, que hace referencia a uno de sus más recordados papeles en el cine como el Gipper (defensa del equipo de fútbol americano) en la película Knute Rockne-All American-, dijo que todo lo que "el otro partido tiene es un Tranvía llamado Deseo". Esta referencia a la pelicula de Marlon Brando y Vivien Leigh rodada en Nueva Orleans -que inauguró el domingo otra línea de sus famosos tranvías- provocó el delirio de una masa completamente entregada al gran comunicador.
"Ésta no es una campaña electoral. Es una cruzada por el futuro de América. Y nosotros, los republicanos, somos los que mantenemos viva la llama, los protectores del sueño americano", afirmó Reagan. Añadió que la imagen de Nueva Orleans hace realidad su viejo sueño de que cuando llegue al cielo "estará lleno de republicanos".
Tras una fugaz aparición con su eventual sucesor Bush en el aeropuerto, el presidente se va hoy a su rancho de California y deja la escena al vicepresidente, que deberá ser capaz de llenarla abandonando su tradicional papel de comparsa político. La convención no es más que un formidable montaje de imagen para convertir a Bush en una estrella.
Un guión para Bush
"Somos el partido de la prosperidad y la paz, y no merece la pena cambiar de rumbo para ponerse en manos de un inexperto gobernador, al que se describe como un nuevo Jimmy Carter". Éste es el guión al que deberá ajustarse Bush.Las encuestas reflejan que los ciudadanos quieren un cambid político, pero sin que se note mucho. Bush dice que una victoria demócrata en noviembre "definitivamente acabará" con los cinco años de expansión económica de la era Reagan. El vicepresidente, en estos cuatro días, pintará a su rival -un político pragmático que ofrece sobre todo competencía y buena gestión, aunque sin carisma- como un peligroso liberal que subirá los impuestos y debilitará internacionalmente a EE UU. Le describirá, por supuesto, blando en temas de ley y orden, "vergonzante" opositor a la pena de muerte, partidario del aborto y de controlar la libertad del norteamericano de armarse hasta los dientes.
Bush trata de arrinconar a Dukakis como un inexperto en política exterior -que lo es- y repite -sin razón- que el gobernador de Massachusetts es partidario del desarme unilateral, de la congelación nuclear, y como gran crítica, le compara con un político de izquierdas "al estilo europeo".
La convención republicana aprobará hoy un programa electoral netamente conservador que asume todos los temas pendientes de la inacabada revolución Reagan. Aunque a la hora de la verdad esta plataforma no sirve para nada, contiene un compromiso de un "rápido y seguro despliegue de la Iniciativa de Defensa Estratégica [SDI] en cuanto la tecnología lo permita".
En política interna, una promesa de intentar ilegalizar el aborto. El ala fundamentalista del partido ya hace ruido y amenaza con una campaña de desobediencia civil, al estilo de la realizada con éxito por la minoría negra en los años sesenta, para acabar con "el asesinato de millón y medio de bebés al año".
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