Los comunistas chinos libran una batalla contra la corrupción
El Partido Comunista Chino (PCCh), que tiene unos 48 millones de afiliados, está librando un combate mucho más arduo que aquellos que lo encumbraron en el poder, hace 39 años: el combate contra la corrupción que gangrena sus filas.El año pasado, hubo unos 100.000 sancionados por participar en sobornos, contrabando, cohechos varios y tráfico de documentos secretos, informó ayer el Diario del Pueblo. Veinte mil sanciones consistieron en expulsiones; otras se limitaron a degradaciones o amonestaciones y críticas.
Los peces gordos, de alcalde para arriba, fueron 30, y algunos ya han sido diferidos a la ,justicia ordinaria por la magnitud de los delitos cometidos. "El año 1987 fue el peor", escribe el rotativo oficial, que asegura, no obstante, que entre 1983 y 1987 hubo 650.000 sancionados por las mismas causas, con 153.000 expulsiones.
Otro número del Diario del Pueblo, aparecido pocos días antes, publicaba en primera página una charla de campesinos -de la provincia de Hunan en la ,que se emitían severos juicios sobre los dirigentes locales: "'Vienen sólo para alentarnos a trabajar y para los abortos (para asegurar el control de la natalidad). Si no están de asamblea están comiendo y bebiendo o jugando al majong. Para enriquecerse, hace falta tener inteligencia, coraje y... buenas relaciones".
De manera aún más alarmante, el nuevo reglamento sobre daños y perjuicios causados por los burócratas establece límites de gravedad por procederes que hayan ocasionado pérdidas por encirría de los 500.000 yuanes y de las cinco víctimas mortales.
Un sentimiento de zozobra reina entre muchos miembros del partido, que constatan que hoy sólo se les exige una moral de sacrificio, mientras campesinos, comerciantes privados y otras nuevas clases sociales se emancipan del discurso político y realizan fructíferos negocios. Desde el inicio de la política de reforma y apertura, en 1979, ingresaron en el partido comunista 12 millones de personas.
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