Giorgio Lombadi

Giorgio Lombardi, arquitecto italiano de Bolonia, aunque viva en la Venecia de Marco Polo, es una de esas personas a las que les gusta poner las cosas en su preciso sitio histórico. Asesor de la Unesco desde 1975 en temas de rehabilitación de centros históricos y profesor de urbanismo en el instituto universitario de Arquitectura de la ciudad de los canales, ha repartido consejos y planos por toda Europa, varios países latinoamericanos e Irak, donde dirigió la remodelación del centro histórico de su capital, Bagdad.Este italiano internacional que se interesa por la política -"es algo que le interesa a cualquier italiano"-, por la fotografía, porque "permite descubrir con exactitud las particularidades de edificios y monumentos", y por los deportes con balón, "porque dibuja en el aire figuras geométricas", ha visitado recientemente nuestro país para participar en unos encuentros de rehabilitación urbana.

Tras el período académico que culminó en Venecia, "más por un hecho estético que por otras razones", fue profesor de Historia de la Arquitectura en esa ciudad, y poco después como profesor de Urbanismo centrado en la intervención y recuperación de cascos antiguos. Asesor de ciudades italianas como Brescia y Venecia, y autor del plano de conservación de Urbino, ha trabajado en la recuperación de La Rochelle, en Francia, además de recorrer y estudiar los centros históricos de origen hispánico de ciudades de Perú, Ecuador, Bolivia y México.

En 1981 fue contratado por el Ayuntamiento de Bagdad para dirigir la rehabilitación de la parte más antigua de la capital. "Entre 1981 y 1982 estudiamos 10.000 casas y trazamos el plano para recuperar las peculiaridades de una ciudad con una configuración árabe totalmente peatonal, y a la que unos criterios de ordenamiento norteamericanos habían convertido en un verdadero caos". "Ahora", continúa, "mucho me temo que no debe de estar en muy buen estado".

Giorgio Lombardi, casado y con una hija de 13 años, subraya la creciente importancia de la rehabilitación. "En Italia, el 50% de la inversión constructiva es ya de conservación y remodelación de viejos edificios. Las causas, el importante descenso de la natalidad y la vuelta a las ciudades de toda una generación que en la década de los sesenta salió a los extrarradios y ahora se percata de que no fue una inversión tan buena como pensaba".

Absolutamente interesado por la historia y por la lectura, Giorgio Lombardi se declara enemigo acérrimo de actitudes personales excesivamente comerciales, y un enamorado de Venecia, única ciudad en la que asegura puede desconectar de su ansia por rehabilitarlo todo. A su 45 años, todavía entorna los ojos cuando tiene que hablar del trabajo de sus sueños, del centro histórico que le gustaría conservar. "Cuzco", dice sin pensarlo, "pero es un mito, deben ser cosas de la historia".