La UEO, nuevo 'caballo de Troya"
La Unión Europea Occidental (UEO) constituye, según el autor del artículo, un nuevo caballo de Troya que amenaza con provocar una nueva carrera de armamentos en el Viejo Continente. En su opinión, el viejo concepto de disuasión, que exige presentar al enemigo como una horrible amenaza, debe sustituir otro modelo que se resume así: la seguridad de mi adversario es mi propia seguridad.
Homero, el viejo poeta griego, narra, en su obra la Odisea, las peripecias de un joven rey, Ulises, audaz y perseverante, que, empeñado en someter a los habitantes de Troya, planea una astuta estratagema: manda construir un enorme caballo de madera en cuyo interior oculta a sus más bravos guerreros. Los defensores de Troya, engañados por las apariencias, terminaron conociendo la muerte y la derrota.El caballo de Troya galopa de nuevo. Su nombre hoy es UEO. La Unión Europea Occidental -nacida en 1954, después del fracaso de la Comunidad Europea de Defensa y como modificación del Tratado de Bruselas de 1948-, tras un largo período de adormecimiento, es despertada 30 años después, en 1984, en horas de amargura para el movimiento pacifista , : son los días del despliegue de los euromisiles y del lanzamiento de la tristemente célebre Iniciativa de Defensa Estratégica, proyecto que, si no es detenido, desatará la carrera de armamentos en el espacio en proporciones inusitadas.
Desde las esferas oficiales se intenta justificar la revitalización de la UEO como medio de fortalecimiento de la componente europea de la OTAN, paso obligado, dicen, para el posterior desarrollo de una política europea propia de defensa. No hemos de ser tan ingenuos como los defensores de Troya. La UEO nos llevará a una nueva carrera de armamentos made in Europa. Existe una estrecha cooperación entre la OTAN y la UEO, ya recogida en el artículo 42 de su tratado fundacional. De hecho, la causa que dio vida a la UEO en 1954 fue facilitar la incorporación de la RFA a la OTAN proporcionando un marco para el rearme germanooccidental. Y fue precisamente el desgarro que ocasionó en Europa la entrada de Alemania Occidental en la OTAN la que dio lugar, como respuesta, a la firma del Tratado de Varsovia en mayo de 1955. Nacía así el segundo bloque militar. Un mes antes, Albert Einstein, humanista radical y pacifista convencido, había lanzado un llamamiento a la comunidad mundial abogando por una nueva manera de pensar, una nueva forma de concebir las relaciones entre Estados para conjurar el peligro de exterminio nuclear. Unos días más tarde se apagaba tan portentoso cerebro, y su llamamiento fue pronto, en los hechos, olvidado.
Caricatura del enemigo _
La pervivencia de los bloques militares se sustenta en la llamada doctrina de la disuasión nuclear. El principio básico de la disuasión es el siguiente: la inseguridad de mi adversario es mi seguridad. Se presume que un país estará seguro en tanto sea capaz de infligir al país enemigo un daño de tal magnitud que para éste el ataque sea su suicidio.
Pero la disuasión no tiene razón de ser si no hay un adversario agresivo al que disuadir. El enemigo, por consiguiente, es caricaturizado hasta el punto de considerarlo el más malintencionado de los enemigos imaginables. Y, claro, de un enemigo tal, cualquier trastada es esperable. Ante un adversario así, cualquier cruel jugarreta es practicable. Entre tanto, la tecnología militar adelante que es una barbaridad, acortando el tiempo disponible para la toma de decisiones racionales en caso de conflicto. Cada día, pues, se hace más probable que por error o accidente nos veamos todos arrrastrados por el torbellino nuclear.
Ningún niño será feliz jugando en un bosque de misiles. Ninguna madre será feliz viendo a su hijo morir en el campo de batalla. Para ningún niño, sea blanco, negro o de ojos rasgados, será alimento la metralla.
Cuando_generales de la OTAN, que en su momento ejercieron altas responsabilidades en tal organización, fundan el ya célebre grupo de Generales para la Paz y el Desarme y ponen en claro, con sólidos argumentos, la irracionalidad intrínseca en la política de bloques militares, estamos ante un hecho que nos obliga a recapacitar.
Compartir la seguridad
Puesto que todavía nos permiten pensar, pensemos. En la presente encrucijada, ¿hay alternativas posibles? Las alternativas no pueden ser sólo construidas con protestas indignadas. Las palabras se las lleva el viento, y nuestras emociones tan sólo duran un momento. Sería una pena que, llevados de nuestros prejuicios, seamos incapaces de percibir lo que de nuevo y valioso puede florecer en cualquier parcela de nuestro mundo. Los prejuicios nos hacen ver lo que no hay y no ver lo que hay.
En 1982, la Comisión Independiente sobre Asuntos de Desarme y Seguridad (ICDSI), promovida por Olof Palme e integrada por personalidades destacadas de los países occidentales, socialistas y en desarrollo, elabora la moción de seguridad en común, un modo radicalmente nuevo de concebir los problemas de la seguridad y la paz.nales.
La idea básica es que, en un mundo tan interdependiente como el actual, carece de realismo buscar la seguridad propia a expensas de la inseguridad del vecino. Este planteamiento rompe de lleno con el de la disuasión. El principio, en este caso, es el siguiente: la seguridad de mi adversario es mi seguridad.
En 1986, Mijail Gorbachov sitúa en la palestra un programa de actuación que comparte el principio mencionado de seguridad en común. Se trata de llegar al establecimiento de un sistema global de seguridad internacional. No habrá paz estable sin desarrollo ni desarrollo sin desarme. Formula, un extenso conjunto de medidas, de carácter político, militar, económico y humanitario, cuya realización, desde luego, plantea multitud de cuestiones que habrá que abordar en un clima de entendimiento y cooperación internacionales.
Palme y Gorbachov, dos grandes estadistas que nuestro siglo ha visto nacer, han plasmado en principios y propuestas aquel nuevo modo de pensar por el que Einstein abogó. Su idea, pues, no era la de un iluso científico. Sencillamente era demasiado avanzada para su tiempo.
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