Lágrimas de un policía
El juicio por la desaparición de Santiago Corella concluyó después de que el tribunal otorgase un último turno de palabra a los siete procesados. Tan sólo dos de ellos -los inspectores Victoriano Gutiérrez Lobo y Feli pe Pindado Berruezo- decidieron hacer uso de él. Pero Pindado interrumpió sus palabras y pidió permiso al presidente para retirarse, mientras comenzaba a llorar. "Me considero una víctima. He sido procesado por hechos que no he cometido. Nada más, no puedo seguir. Muchas gracias", dijo Pindado con voz entrecortada. Seguidamente, se retiró hacia el banquillo secándose los ojos con un pañuelo blanco, bajo las gafas de sol que ha utilizado durante los cerca de cuatro meses de vista oral.
El inspector, momentos antes, había acusado al Cuerpo Nacional de Policía de dejarle en "un abandono total y absoluto". Pindado está procesado por torturar supuestamente a Ángel Manzano, el amigo del Nani.
Previamente, el último de los defensores en intervenir, Manuel Salgado, que representa los intereses del inspector Francisco Aguilar González, expuso sus conclusiones definitivas y pidió la absolución. Salgado, quien calificó a su defendido de "funcionario modelo", aseguró que la existencia de una mafia policial es una "suposición sin ninguna base, y la única respuesta común que ha dado la policía sobre el paradero de Santiago Corella es la cierta: se ha fugado".
Último incidente
El último incidente de este juicio se produjo cuando el presidente, concluida la lectura de Salgado, permitió a uno de los letrados de la acusación particular, Jaime Sanz de Bremond, gozar de un turno de aclaraciones durante diez minutos. Este abogado no intervino en la exposición del informe de la acusación, que fue realizada por José Antonio Sanz Grassa. Las manifestaciones de Bremond, que puntualizó aspectos de las conclusiones de su compañero, provocaron la enésima protesta de los letrados de la defensa.
Una vez que el presidente del tribunal, Salvador Domínguez, declaró visto para sentencia el Juicio, todos los abogados personados en la causa acudieron a saludar a los magistrados.
El letrado José Emilio Rodríguez Menéndez aprovechó la ocasión para decirle a Salvador Domínguez que "afortunadamente, es la última vez que va a interrumpir a las defensas en un juicio".Domínguez está formalmente jubilado desde el pasado 21 de mayo, aunque su mandato ha sido prorrogado, exclusivamente en esta causa, hasta dictar sentencia.
