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Vietnam y Camboya piden que se disuelvan los 'jemeres rojos

Los representantes de Vietnam y de su Gobierno aliado de Pnom Penh han solicitado en las conversaciones de paz que se celebran en Bogor, cerca de la capital indonesia, Yakarta, que cese toda ayuda a los jemeres rojos camboyanos leales a Pol Pot y que éstas se desmantelen. Con esta idea, se pretende dar un papel político fundamental al príncipe Norodom Sihanuk en el futuro proceso de paz e imposibilitar una repetición de los killing fields (campos de la muerte) donde fallecieron centenares de miles de camboyanos durante la dictadura de Pol Pot.El ministro vietnamita de Asuntos Exteriores, Nguyen Co Tach, declaró ayer que no se puede llegar a una solución del conflicto camboyano sin la eliminación de las guerrillas jemeres leales a Pol Pot, cuyo número se estima en alrededor de 35.000 hombres. Añadió que la retirada de las tropas de Vietnam -prevista en marzo de 1990- pudiera estar supeditada a que China corte su ayuda a esos guerrilleros.

Con esta pretensión de los vietnamitas y de sus aliados camboyanos, la figura de Sihanuk, que desempeña en todo este proceso un papel moderador, se perfila como la clave para encontrar una solución al conflicto. Incluso el dirigente de Pnom Penh, Hu Sen, ha admitido que sea el príncipe quien dirija la coalición de fuerzas que preparen las elecciones posteriores a la retirada militar del régimen de Hanoi.

Precisamente la prepotencia de los jemeres rojos en los últimos meses fue una de las causas que adujo Sihanuk para dimitir de su cargo de presidente de la coalición Camboya Democrática, integrada por las fuerzas opuestas al régimen provietnamita de Pnom Penh.

El portavoz de la delegación vietnamita, Le Mai, no dejó pasar la ocasión de apoyar al príncipe camboyano cuando afirmó que su país consideraba "juiciosa" la petición de Sihanuk para que Camboya se retirase de la ONU con el fin de presionar a la comunidad internacional para que se obtenga una solución del conflicto en el sureste de Asia.

Sin embargo, el representante de Pnom Penh, Hu Sen, no admitió la petición de Sihanuk -representado en las negociaciones de Bogor por su hijo- de que el Gobierno camboyano actual debe ser disuelto antes de la celebración de elecciones, que deben estar preparadas por un denominado Consejo de Reconciliación Camboyano, con la participación de todas las fuerzas en conflicto.

De todas formas, Alí Alatas, ministro de Asuntos Exteriores de Indonesia -país anfitrión de la reunión para la pacificación de Camboya-, declaró ayer, después del primer día de reuniones, que la atmósfera era buena y constructiva.

Sihanuk, especialmente invitado al país por las autoridades indonesias, tiene previsto entrevistarse hoy con los representantes de las cuatro facciones camboyanas, los tres grupos rebeldes y el régimen provietnamita de Pnom Penh.

Por su parte, Laos ha establecido un plan de paz de siete puntos para el sureste asiático, basado en la imposibilidad de que cualquier alianza de países se enfrente al resto. Para lo cual, a falta de conocer los detalles, las autoridades laosianas proponen la creación de una organización que agrupe a todos los países de la región y los mecanismos "para consultas regulares" entre los diversos ministros de Asuntos Exteriores.

La Asociación de Naciones del Sureste Asiático (ASEAN) -Tailandia, Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Brunei- no ha contestado a la oferta laosiana, que se considera, en fuentes diplomáticas, como un intento de eliminar los temores ante una eventual federación indochina integrada por las naciones comunistas de la zona: Vietnam, Camboya y el mismo Laos.

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