El Gobierno comienza a tender puentes para firmar el convenio con la nueva Administración de EE UU

La firma del nuevo convenio de amistad y cooperación con Estados Unidos se retrasará "al menos hasta el otoño, con suerte", admiten funcionarios españoles del Ministerio de Asuntos Exteriores. Estas fuentes afirman que la Administración saliente norteamericana "parece poco interesada" en impulsar el convenio, lo mismo que el actual embajador, Reginald Bartholomew, "que sabe que le queda poco tiempo en el cargo". Por todo ello la diplomacia española ha comenzado ya a tender puentes hacia la próxima Administración que salga de las elecciones de noviembre en Estados Unidos.

Entre otras cosas, tras el verano comenzará a prepararse un viaje del presidente Felipe González a Washington "para que sea uno de los primeros en conocer al nuevo presidente norteamericano". El ministro de Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, aprovechará ya su viaje a la Asamblea de las Naciones Unidas, a mediados de septiembre, para iniciar estos contactos, y en diciembre viajará a Washington con objeto de cerrar una fecha para la visita de González a EE UU.La idea de los responsables de la política exterior española consiste en lograr que González viaje a Washington cuando España desempeñe todavía la presidencia de la Comunidad Europea, es decir, durante el primer semestre del año próximo; ello daría al viaje del presidente del Gobierno español un nuevo relieve y una importancia mayor. Para entonces, confían las fuentes consultadas por este periódico, ya debería estar listo, e incluso ratificado por las Cortes, el nuevo convenio. No obstante, los mismos medios añaden que "nada puede asegurarse en estos momentos; este nuevo Convenio, que parecía cosa de coser y cantar tras el acuerdo para la retirada de los F-16, se esta complicando innecesariamente.

Nuevo embajador

"Para nadie constituye un secreto que el Gobierno español preferiría una victoria de los demócratas de Dukakis a una de los republicanos de Bush", confesó un diplomático en el Palacio de Santa Cruz, quien aventuró que, incluso, ya se baraja el nombre del nuevo embajador norteamericano en caso de que ganase Dukakis: el hispanista Edward Malefakis, considerado amigo de Felipe González.

Los funcionarios españoles encargados de negociar el nuevo Convenio de Cooperación y Amistad con Estados Unidos culpan a la Administración de Ronald Reagan, en general, y a los secretarios de Estado y de Defensa, así como al embajador norteamericano en Madrid, en particular, de mostrar un "patente desinterés" por la marcha del nuevo convenio, que debería sustituir al que caducó el pasado 14 de mayo. "Están ahora mucho más ocupados en la negociación sobre las bases con Grecia y Filipinas que en el tema español", dijeron las mismas fuentes.

Los problemas en la nego ciación del nuevo convenio -negociación que proseguirá en agosto, al menos de acuerdo con los deseos expresados por la parte española- se mantienen inalterados: Washington sigue negándose a que la prohibición de "introducir" armas nucleares en territorio español figure expresamente en el convenio, y también subsisten las diferencias de criterios en problemas calificados de menores, como la legislación por la que se contrata al personal de las bases o la jurisdicción que regirá sobre sus trabajadores.

Todo ello hace que, desde hace más de dos meses, no exista una relación jurídica entre España y EE UU, y que el plazo de un año para desmantelar las instalaciones norteamericanas haya comenzado a contar el 14 de mayo. Nadie piensa en la posibilidad de que no exista un nuevo convenio en el curso de este año, pero sí existe un serio temor a que, con la demora, Ias cosas sigan agriándose innecesariamente", en expresión de un responsable del Palacio de Santa Cruz.