Condenado a 20 años de cárcel el ingeniero norteamericano que estranguló a una prostituta
La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a 20 años de cárcel a David Baxter Noyes, ingeniero norteamericano de McDonnell Douglas, por haber estrangulado a la prostituta Rufina Sanz Caviedes en un hotel de Madrid. Baxter, después de matar a la mujer, profanó su cadáver con diversos ritos sádicos y la arrojó por una ventana. El tribunal ha fijado una indemnización de 20 millones de pesetas destinados a la ecucacion y mantenimiento de la hija de la víctima, que ha quedado en una precaria situación económica. El tribunal ha calificado los hechos como asesinato con el atenuante de trastorno mental transitorio.
Los magistrados, que consideraron también culpable al ingeniero de un delito de profanación de cadáveres, declararon probado que Baxter, de 31 años, estuvo bebiendo con unos amigos la noche del 2 de marzo de 1987. Cuando de madrugada se quedó solo, se puso en contacto con Rufina Sanz, de 35. Ambos se desplazaron al hotel Miguel Ángel de Madrid, donde Baxter, a pesar de tener unas 10.000 pesetas, cambió un cheque de 100 dólares. Tras darse un baño en la habitación, ambos discutieron sobre los servicios que debía prestar la prostituta y el precio de los mismos.La sentencia precisa que en ese momento afloraron "las pretensiones sádicas del cliente, quien había viajado desde EE UU provisto de una serie de objetos propios de tales prácticas y revistas ilustrativas sobre el tema".
El tribunal establece que Baxter golpeó a Rufina en la discusión pero que finalmente ella accedió a la relación sádica, tumbándose en el suelo y consintiendo que Baxter le aplicara su zapato en el cuello, tal y como figuraba en una de las revistas de contenido sado que el norteamericano había traído.
Cuando la presión del pie aumentó, Rufina pidió auxilio a gritos, pero Baxter le aplastó la laringe de forma brutal, causando su asfixia. Seguidamente, el ingeniero seccionó el sexo y los pezones de su víctima, y los arrojó por el retrete. Finalmente, lanzó el cadáver por la ventana de la habitación.
Baxter padece un trastorno psicosexual, cuyo rasgo principal consiste en producir sufrimiento físico o psicológico para conseguir placer sexual, llegando a causar la muerte.
El tribunal, que califica de "brutal crimen y aberrantes prácticas" lo sucedido, considera que Rufina se doblegó a las prácticas, sádicas por su precaria situación económica, y que en el momento de su muerte estaba tumbada boca arriba, postura que tuvo que adoptar voluntariamente, ya que no existen síntomas de que hubiera sido atada.
La sentencia puntualiza que Baxter ocultó sus propósitos hasta que tuvo a su víctima a sus pies, totalmente sometida e indefensa. Entonces la sorprendió dando "rienda suelta a sus instintos sádicos".
El fiscal pidió 20 años por asesinato y multas de 30.000 y 15.000 por la profanación, con la eximente incompleta de trastorno mental transitorio, y 15 millones de indemnización, mientras que las acusaciones de la familia y de la Asociación contra la Tortura pidieron 30 y seis años, respectivamente, con 30 millones de indemnización, por considerar que no hay eximente.
Por su parte, la defensa solicitó la libre absolución y alternativamente un año y dos millones de indemnización por homicidio con la atenuante de trastorno mental transitorio.
El tribunal ha ordenado que se investigue la situación económica de David Baxter, ya que ha declarado poseer 42.141 pesetas, dinero a todas luces insuficiente para hacer frente a la indemnización, pero los magistrados no aceptaron la insolvencia del procesado, que tiene un sueldo en España de 600.000 pesetas al mes.
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