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"En las ciudades ya no hay jardines, sino espacios verdes sin alma", dice Alain Quiot

El arquitecto paisajista marroquí habló en Barcelona sobre jardinería árabe

"En las ciudades actuales, que son tan ruidosas, los hombres ya no saben hacer jardines, sino sólo espacios verdes funcionales, pero sin alma", afirma el arquitecto paisajista marroquí Alain Quiot, autor de numerosos proyectos de restauración y construcción de jardines y planeamiento de zonas urbanas en su país y en Argelia y Costa de Marfil Quiot, considerado uno de los máximos expertos mundiales en jardinería urbanística, dictó en Barcelona una conferencia sobre jardines árabes, en los que destaca una serie de cualidades, como el silencio, el murmullo del agua y la interacción arquitectura-vegetación, que se encuentran ausentes de la mayoría de jardines modernos.

Alain Quiot es arquitecto y diplomado por la Escuela Nacional Superior de Horticultura y Paisajismo de Francia. Ha pasado casi toda su vida profesional en África tras sus estudios en Francia. Trabajó en Marruecos y más tarde en Argelia y Costa de Marfil, donde participó en distintos proyectos de planeamiento urbano y diseño de zonas industriales con vistas a preservar el medio ambiente y el paisaje. Actualmente realiza proyectos para distintos jardines públicos en Marruecos y se dedica a inventariar los jardines históricos de su país, detallando su estado de conservación y las acciones necesarias para su mantenimiento. Este proyecto debe culminar dentro de pocos días, cuando Quiot y sus colaboradores presenten al Ministerio del Interior marroquí un proyecto sistematizado para la conservación de jardines históricos.Hay una serie de conceptos primordiales a la hora de construir un jardín árabe", explica Quiot, "que son perfectamente utilizables en el paisajismo contemporáneo, como el silencio, que configura lo que nosotros llamamos Ryadh, es decir, el jardín interior. El silencio da al jardín una atmósfera de intimidad y recogimiento". "Los espacios verdes son estructuras funcionales", añade Quiot, "que no proporcionan quietud; sin embargo, sería muy fácil construir en ellos un punto más recogido donde se lograra el silencio".

Otra característica de los jardines árabes que resalta Quiot es la interacción entre elementos arquitectónicos y la jardinería propiamente dicha. "En un jardín", dice, "queremos hacer convivir todos los materiales de la artesanía y los elementos naturales, pero casi todas las ciudades están totalmente dislocadas como espacios; hay construcciones contiguas, pero no hay una visión global, un sentido de la totalidad. En los espacios verdes sucede lo mismo; muchos de ellos están bien realizados técnicamente, pero no tienen mensaje, no se sabe qué significan".

Sensualidad y misterio

"En un jardín", señala Alain Quiot, "debe haber olores para transmitir una atmósfera de sensualidad y de misterio. Hemos de reproducir el hechizo de la naturaleza con las plantas de olor que se integran en el conjunto". Los materiales son otro aspecto importante del jardín. Quiot recuerda que "en la mayoría de jardines o espacios verdes modernos se usan materiales industriales que no tienen valor y, por lo menos en algunas zonas, podrían hacerse trabajos más finos, con componentes artesanales que personalicen y expliquen el jardín; un jardín debe hablar en distintos lenguajes a quienes lo pueblan, de otro modo la gente no puede descansar".Un elemento que Alain Quiot considera vital para la esencia de un jardín, especialmente de los jardines árabes, es el agua. "Pero no el agua como se utiliza en algunos jardines o parques, con cascadas y surtidores que hacen un gran estruendo", explica; "hoy utilizamos el agua como una fuerza, pero en un buen jardín, el agua debe producir un efecto parecido al de la medicina homeopática, que consigue grandes resultaclos con cantidades escasas. El estruendo del agua, el agua entendida. como fuerza, no produce ese murmullo que nos ayuda a descansar; para lograr el descanso, hay que apelar a todos los sentidos y por eso son importantes los olores, la coloración agradable a la vista, el silencio y el agua".

El arquitecto paisajista señala también "las terrazas y pasadizos corno un elemento clave del jardín, porque ayudan a que éste tenga escala humana, ayudan a filtrar el agua, generan un conjunto de espacios distintos que hacen el jardín más ameno y, con la ayuda de plantas trepadoras y setos o hileras de arbustos, ofrecen una visión más envolvente, que contribuye al sentimiento de intimidad".

"En España tienen ustedes el inmenso privilegio de poseer uno de los jardines de tipo árabe más antiguos y hermosos del mundo, como el del Generalife, aunque no se trate de un jardín árabe en estado puro, pues hay, por ejemplo, dernasiados surtidores y demasiado ruidosos", explica Quiot, "pero se trata de un jardín sólo comparable a algunos que aún existen en China, o a varios antiguios jardines del Japón". El arquitecto se mostró encantado con su Visita al Parque Güell barcelonés, obra de Antoni Gaudí y dijo que "en Marruecos, en las afueras de Meknès, hay un jardín privado llamado La Vallée Heureuse, de más de cien hectáreas, que fue construido hace unos 50 años con fuertes reminiscencias del Parque Güell, pero hoy se halla en estado de semiabandono, aunque estamos tratando de rescatarlo".

"Los jardines", dice Alain Quiot, "representan como pocas cosas nuestra alma y esto es especialmente cierto en el caso de los árabes. Es como la Arquitectura, sólo que, mientras una antigua muralla puede tenerse en pie, intacta, durante miles de años, un jardín es algo mucho más efímero, porque necesita mantenimiento, constancia y una considerable riqueza".

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