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DEBATE EN EL JUSTICIALISMO

Cafiero: "El peronismo es tan argentino como el tango"

El gobernador de la provincia de Buenos Aires aspira al control del partido

Los peronistas se encuentran enzarzados en Argentina en una pugna interna por la designación del candidato presidencial para 1989. La elección, prevista en un principio para el pasado 26 de junio, quedó aplazada hasta el próximo 9 de julio, ante las objeciones del precandidato Carlos Menem por defectos en los censos del partido. Los casi cuatro millones de afiliados del Partido Justicialista (peronista) están convocados a las urnas para escoger su candidato presidencial entre el gobernador de la provincia de Buenos Aires y presidente del partido, Antonio Cafiero, de 65 años, y el gobernador de la provincia de La Rioja, Carlos Menem, de 52 años.

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En su residencia del palacio de Gobierno de La Plata, capital de la provincia de Buenos Aires -con una extensión mayor que media España-, Cafiero recibió al corresponsal de este periódico. Para Cafiero, "el peronismo es un fenómeno típicamente argentino. También es difícil explicar el tango. El peronismo es básicamente un movimiento, un partido popular, de honda raíz nacional, que no tiene emparentamientos con corrientes internacionales, ni políticas ni ideológicas. Tiene una fuerte base obrera pero no es un partido laborista ni es un partido socialdemócrata, porque el socialismo democrático en nuestro país fue tradicionalmente muy adversario del peronismo y no expresa con fidelidad el sentimiento de nuestras bases populares".Al explicar por qué el peronismo abarca personajes desde el ultraderechista José López Rega, inspirador de la organización terrorista Triple A, al dirigente montonero Mario Firmenich, Cafiero responde: "No los abarca. Son ellos que se sienten miembros del partido. También es cierto que ha sido característica del peronismo cubrir un amplio espectro político e ideológico, a veces demasiado amplio".

Está considerado Cafiero como un líder del llamado peronismo renovado: "La renovación fue un movimiento que se inició a partir de la derrota de 1983, en la elección que ganó el actual presidente Raul Alfonsín. Propugnó básicamente una profunda autocrítica del porqué de la derrota, la democratización interna del partido, que el gremialismo, el sector más preponderante y decisivo del partido, tuviese un papel más supeditado a los dirigentes políticos".

A la pregunta sobre las diferencias entre él y su contrincante en la interna peronista, Carlos Menem, responde Cafiero: "Nos diferenciamos por nuestros estilos políticos, nuestras distintas metodologías y por la gente que nos rodea. Alrededor de Menen se ha nucleado la dirigencia gremial, que durante mucho tiempo fue responsabilizada de la derrota de 1983. Se agrupan también estos núcleos, que difícilmente pueden considerarse peronistas, como los montoneros, y grupos de una formación yo diría paraderechista".

Elección interna

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"En cambio", agrega, "en mi caso hay mucha mayor homogeneidad. A mí me apoya la mayoría de los gobernadores, de los diputados, senadores, fuertes contingentes gremiales. Hay una explicitación mucho más acabada de un proyecto, y además, el que habla y los hombres que me acompañan somos los que protagonizamos el gran triunfo peronista del 6 de septiembre". El pasado 6 de septiembre los peronistas derrotaron espectacularmente a los radicales de Alfonsín, que perdieron la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y sólo consiguieron dos gobernadores en las 22 provincias argentinas.

El próximo 9 de julio los peronistas elegirán la pareja para candidatos a la presidencia y vicepresidencia. Cafiero forma tándem con el joven diputado José Manuel de la Sota, que recientemente lanzó fuertes ataques contra la patola (banda) sindical argentina. Asegura Cafiero que después de la elección interna, aunque se produzca un resultado apretado, "no hay ninguna posibilidad" de cambiar la composición de la pareja, "porque eso sería defraudar la voluntad de los afiliados".

También rechaza Cafiero la presentación de dos candidaturas peronistas a las elecciones presidenciales de 1989, para llegar después a un arreglo. "Una vez que hemos decidido aceptar las reglas del juego que emanan de la elección interna, la división sería un acto reñido con la más elemental norma de solidaridad partidaria". A la pregunta de si existe una posibilidad de ruptura de los peronistas, responde: "Desde mi punto de vista, ninguna. Yo voy a aceptar lo que digan las urnas el 9 de julio".

A la objeción de que Menen ha conseguido peronizar el discurso de Cafiero, el gobernador de Buenos Aires responde que "Menem no puede peronizar el discurso de Cafiero, entre otras cosas porque es un hombre que entra al peronismo 10 años después que yo. Cafiero nació con el peronismo; fui ministro de Perán cuando tenía 29 años, tengo una trayectoria mucho más larga y profunda, fui amigo personal de Eva Perón. Nadie tiene hoy en el peronismo los antecedentes históricos que yo puedo esgrimir".

Los seguidores de Menen acusan a Cafiero de haber mantenido un diálogo político con Alfonsín y haber apoyado algunas medidas económicas impopulares. Cafiero justifica su postura porque "al acceder a mi condición de presidente del partido más importante no pude menos que tratar con el presidente de la República cuestiones que hacen a la gobernabilidad de la nación, porque yo soy uno de los fáctores, pero mientras yo he dialogado con el presidente de la República a puertas abiertas, otros di- rigentes se reúnen en la cocina o en la trastienda para arreglar sus propios problemas personales o provinciales". Se muestra dispuesto Cafiero a continuar el diálogo con Alfonsín "todas las veces que sea necesario", y hasta apoyar medidas impopulares del Gobierno: "Si son necesarias para la salud de la República, es mi obligación hacerlo asumiendo todos los costes políticos que eso me ha significado".

Está convencido Cafiero de que el actual Gobierno prefiere a Menem como candidato y ha apoyado la candidatura del gobernador de La Rioja. "Eso es así desde el momento en que es obvio que Menem, al no tener equipo, ni proyectos, al tener una actuación pública que va a ser muy cuestionada, es un rival mucho más débil e inofensivo que lo que puede ser Antonio Cafiero, que tiene detrás de sí a todo el peronismo que derrotó al radicalismo el 6 de septiembre".

A la objeción de que el 6 de septiembre llegó a la gobernación de la provincia de Buenos Aires con la promesa de que cumpliría los cuatro años de mandato, Cafiero replica que presentarse a las presidenciales en 1989 no significa un incumplimiento, "porque yo no he buscado esta candidatura presidencial. Me fue ofrecido en bloque por todo el consejo nacional del partido, como una suerte de reconocimiento al gran éxito que tuvimos en la provincia de Buenos Aires. Un éxito de esas características movió a la dirigencia del peronismo a verme como el mejor candidato para derrotar al radicalismo".

Cafiero considera necesaria una reforma constitucional en Argentina para incorporar normas de contenido social a una Constitución que tiene más de un siglo. No está de acuerdo Cafiero en que se implante un régimen parlamentario, pero acepta recortar el mandato presidencial a cuatro años con reelección.

Sobre el contrato de la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) de Argentina con la Telefónica española, Cafiero declara: "No soy enemigo en principio de sociedades mixtas. Lo que no me parece tal vez muy ajustado es que se haya seleccionado una empresa especial y no se haya abierto una competencia internacional para elegir el socio que Entel está buscando para mejorar la prestación de sus servicios". "Espero que este contrato sea debatido en el Congreso. Si es debatido y aprobado en el Congreso, es ley de la nación, y yo no lo sujetaría a revisión".

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