La silla de Pedro y la autoridad de Roma están "ocupadas por anticristos" según Lefebvre
"La silla de Pedro y los puestos de autoridad de Roma están ocupados por anticristos" firma el arzobispo rebelde Marcel Lefebvre en una carta dirigida a los cuatro futuros obispos, que fue hecha pública ayer en Ecône (Suiza). El centro de irradiación integrista, donde hoy se consumará el cisma, se ha convertido en una fiesta de católicos devotos del siglo pasado. Su jefe espiritual, el integrista arzobispo de Tulle y Dakar, les dirigirá hoy una homilía, casi una arenga, a juzgar por la expectación con que es esperada por los propios miembros de la fraternidad de San Pío X.
El aperitivo de este cisma -que se producirá hoy con la consagración de cuatro obispos- fue la ordenación ayer de 16 sacerdotes. Bajo una carpa que albergaba a varios miles de personas de un sol inmisericorde, Lefebvre marcó ayer las líneas maestras de lo que será su intervención en la, esperada homilía de hoy.Advirtió a sus nuevos curas de la dificultad de llevar el mensaje de la tradición: "Poneos en guardia contra quienes minan el espíritu de dependencia de Dios de los valores divinos", tronó la voz del arzobispo rebelde.
"La independencia se ha manifestado sobre todo en los últimos siglos con los protestante que no quieren saber nada de la iglesia católica; en nombre de la libertad y de la independencia -agregó- se empezaron a crear los derechos de los pueblos, de los hombres... un infierno que provocó un terremoto en toda la cristiandad y que constituyó lo que se llama liberalismo".
Estado de necesidad
Para Lefebvre, suspendido a divinia por Pablo VI en 1976, ese cáncer liberal llegó a la iglesia con el Vaticano II, "que originó la libertad del hombre' y cuyas consecuencias no se hicieron esperar: "El ecumenismo y la laicidad de los estados, la libertad religiosa, que no es más que un principio de la francmasonería".Lefebvre ofició la ceremonia de ordenación de los 16 sacerdotes ante la presencia del obispo católico de Castro Mayer, un emérito brasileño cercano a las tesis de Ecône.
Los seguidores del que fuera arzobispo de Tulle y Dakar justifican las consagraciones que tendrán lugar hoy en base al estado de necesidad, formulado por el profesor Georg May, presidente del seminario de Derecho Canónigo de la universidad de Maguncia. Los integristas consideran que, si bien Lefebvre es ahora considerado un traidor, puede ser declarado santo dentro de cien años, rememorando los viejos conflictos de San Atanasio y el Papa Liberio.
La historia según ellos se repite. Si san Atanasio fue perseguido en el siglo IV por Roma, ahora lo es Lefebvre. "Nuestra actitud nos ha valido la persecución de la Roma del Anticristo. Esa Roma modernista y liberal que prosigue su obra destructora del reino de nuestro señor Jesucristo, como lo prueba así [la plegaria de los distintos jefes religiosos] y la confirmación de las tesis liberales del Vaticano Il sobre la libertad religiosa", afirma el arzobispo integrista en la carta que ayer fue dada a la publicidad y que hoy servirá de base de su homilía consagradora del cisma.
Plegarias contra el cisma
La carta lleva fecha de agosto de 1987, lo cual da idea de que la negociación con el Vaticano desarrollada en los últimos meses ha sido para los integristas poco menos que una ficción.Sin embargo, en numerosos templos, entre ellos los suizos, prosiguen las plegarias de aquellos cristianos que creen fervorosamente que aún es posible evitar la separación de Lefebvre.
En los últimos días se ha llegado a especular con que Franz Schmidberger, el segundo de Lefebvre, estaba dispuesto a abandonar la fraternidad por no romper con el Vaticano. Sin embargo, esa información no ha pasado de ser un mero rumor fundamentado en el hecho de que Shcmidberger no será consagrado obispo, a pesar de que era favorito en todas las quinielas de 1 os expertos.
. Las fugas pueden sin duda darse, aunque también por el lado de quienes se siguen considerando fieles a Roma. El propio obispo de Castro Mayer -cercano a Ecône, pero católico romano, todavía- ha hecho suyas las palabras de un compatriota, Manuel Pestana, obispo de Anapolis (Brasil), quien asegura que se han sobrepasado los límites de lo tolerable en la iglesia y "el diablo está en los más altos puestos".
Mientras Lefebvre espera que la Roma modernista reencuentre su tradición, según él, milenaria, los vaticinios de Pablo VI se cumplen. El papa Montini ya pronosticó cuando suspendió a Lefebvre en 1976 que jamás la desobediencia de un obispo había llegado tan lejos.
Por el momento en Ecône se extreman las medidas de seguridad y para la ceremonia que tendrá lugar hoy se espera un gran despliegue de medidas de preventivas. Los integristas no descartan, al menos de puertas a fuera, que pudiera producirse un atentado contra su inspirador.
[Según France Presse, el Vaticano canceló ayer el concierto especial de la Misa Solemne de Beethoven, que iba a interpretar hoy la orquesta sinfónica de la televisión italiana, como parte de las actividades programadas por el año mariano].
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